Pánico general en el PSOE gallego: Iglesias y Puigdemont le revientan la campaña

El PSdG, Sumar y sobre todo el BNG -el gran tapado de las próximas elecciones gallegas- se las prometían muy felices la pasada semana. La aparición de las ya famosas bolitas de pellets, con el oportuno agit prop político y mediático agitado desde las terminales afines a Moncloa, habían hecho soñar en Ferraz con la posibilidad real de dar el golpe de gracia a Alberto Núñez Feijóo en la persona interpuesta de Alfonso Rueda.

Sin embargo, el esperpéntico pleno de este miércoles en el Senado, la demostración de fuerza humillante para Sánchez -y sobre todo para el PSOE territorial- de Junts, y la venganza tramada por Pablo Iglesias contra Yolanda Díaz, ya llenado de zozobra los cuarteles generales de los partidos de izquierda, sobre todo del PSOE gallego.

Fuentes socialistas reconocen que la presencia de Sánchez en la campaña gallega amenaza -visto lo visto este miércoles con la juntera Miriam Nogueras- con convertirse en tóxica y en un lastre para el debutante candidato socialista Gómez Besteiro.

La nueva catarata de cesiones a Puigdemont - sobre todo la publicación de las balanzas fiscales tan sensibles en una Galicia históricamente lastrada por una deficiente financiación autonómica-, son según todos los analistas la mejor munición para seguir reagrupando todo el voto del centroderecha y la izquierda moderada gallega entorno a la candidatura de Rueda. Los primeros tracking internos lo dibujan ya en estas mismas horas.

La grieta provocada por Podemos en la hoja de ruta de Yolanda Díaz en Galicia desata pavor en Sumar.

Fuentes socialistas reconocen además que la presencia de Sánchez en la campaña gallega amenaza -visto lo visto este miércoles con la juntera Miriam Nogueras- con convertirse en tóxica y en un lastre para el debutante candidato socialista José Ramón Gómez Besteiro.

Mención aparte la puñalada trapera que Podemos ha clavado en la candidata de Sumar a la Xunta, Marta Lois, arrollada por el golpe bajo de Iglesias y Belarra contra Yolanda Díaz. Convertida por los morados en enemiga de la clase trabajadora al tumbar su decreto sobre los subsidios.

Cismas, broncas cainitas y humillaciones ante los independentistas catalanes parecen un cóctel explosivo para seducir al siempre moderado y equilibrado votante gallego.