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Pedro Sánchez con el Fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
Pedro Sánchez con el Fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

Los 5 varapalos judiciales que tumban la farsa de la “regeneración” de Sánchez

Los tribunales independientes y sin "lawfare" ninguno han dado varias lecciones legales a Moncloa sobre lo que no vale en democracia: saltarse las normas y no argumentar los nombramientos.

| Javier Ruiz de Vergara España

Adaptando el clásico de las imágenes podría decirse que cinco resoluciones de los dos principales tribunales españoles valen más que mil promesas de “regeneración democrática” de Pedro Sánchez. Porque como el dicho al hecho hay trecho, el Constitucional y el Supremo han dejado claro que la regeneración “empieza por uno mismo” y que en democracia el ordeno y mando es, muchas veces, ilegal.

 

El mazazo judicial de este martes tumbando el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Memoria Democrática del Supremo es el último desmontaje de la práctica habitual del gobierno “progresista” de impulsar ascensos y nombramientos saltándose a la torera los procedimientos legales y, por si fuera poco, sin argumentarlos suficientemente.

 

El "caso Pérez de los Cobos", otro desmontaje de la Justicia a las arbitrariedades del Gobierno.

 

El caso de Dolores Delgado -varapalo incluido al fiscal general- está encadenado a otro similar: la anulación del nombramiento de la exministra Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado. Una decisión del todo personalista por parte de Sánchez a sabiendas que no cumplía con los requisitos preceptivos.

 

El nombramiento de la exministra Valerio acabó con Sánchez y Bolaños escaldado

 

Pero es que, a su vez, el varapalo con Valerio llegó después de otro similar. Cuando el Supremo declaró ilegal el nombramiento de Sánchez de Rosa María Mateo como administradora única de RTVE. En este caso el Supremo sacó doblemente los colores a Moncloa: primero por no justificar suficientemente el nombramiento y después por gestionarlo a través de un Real Decreto.

El caso de Delgado -varapalo incluido al fiscal general- está encadenado a otro similar: la anulación del nombramiento de la exministra Valerio como presidenta del Consejo de Estado. Una decisión del todo personalista por parte de Sánchez a sabiendas que no cumplía con los requisitos preceptivos.

Pero es que justo antes que desmontar el dedazo de Valerio, el Supremo volvió a mostrar al Gobierno el camino de la “regeneración”. El abroncado fue en este caso el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, cuando los magistrados declararon ilegal el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. Además, ordenó su restitución en el cargo tras una decisión gubernamental “arbitraria”.

Pero, sin duda, el desmontaje más notorio de las prácticas de Moncloa llegó del TC cuando el tribunal declaró inconstitucionales varios decretos del estado de alarma durante la pandemia, así como el cierre del Congreso de los Diputados. Paradójicamente, por ninguno de estos cinco mazazos judiciales nadie en el Gobierno ha dimitido.