| 20 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el candidato a la alcaldía de Cataluña, Salvador Illa.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el candidato a la alcaldía de Cataluña, Salvador Illa.

Un domingo de infarto: lo que se juega España y la "tumba política" de Sánchez

Para quienes no lo tengan claro todavía, el PSC y Salvador Illa concretamente, no está por la labor de ser el ganador de las elecciones y permitir que gobierne Aragonés, o Puigdemont

| Esther Jaén España

Este próximo domingo, 12 de mayo, todos los partidos que concurren a las elecciones catalanas se juegan mucho, pero Pedro Sánchez y los suyos tienen claro que el futuro del Ejecutivo también se está jugando en esos comicios.

Según marcan todas las encuestas, el ganador será el líder del PSC, Salvador Illa, pero, más allá de la alegría de ser el primero, salvo sorpresa, no podrá formar gobierno, ni con ERC, ni con Junts. Tampoco parece una opción que los dos partidos independentistas puedan sumar para volver a intentar un matrimonio que ya en esta legislatura naufragó y acabó como el rosario de la aurora.

 

Curiosamente, corre por los mentideros de la Villa y Corte que el PSC de Illa “hará lo que mande Sánchez” y eso, visto desde la Dolça Cataluña, no tiene mucho que ver con la realidad.
Varios dirigentes del PSC consultados por ESdiario, nos recuerdan cordialmente que el PSC es un partido federado al PSOE, pero partido con estatutos propios, que no se somete a la voluntad del PSOE “con tanta ligereza como algunos creen en Madrid”.

Veremos una noche electoral en la que todos tendrán algo que celebrar, pero el PP, aun subiendo por la absorción de los ex de Arrimadas y parte de Vox, seguirá siendo irrelevante en el nuevo Parlamento de Cataluña.

Para muestra, un botón: recuerdan los interlocutores consultados que, cuando el PSOE decidió abstenerse para facilitar la investidura de Mariano Rajoy, los diputados socialistas catalanes no lo hicieron, porque siguieron su propia disciplina, la del PSC, que se negó a seguir la orden del “hermano mayor”.

Tampoco se les pasa a los dirigentes del PSC recordar cómo su ex líder, José Montilla, se convirtió en presidente de la Generalitat de Cataluña, tras firmar un acuerdo tripartito que no fue comentado al entonces líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta después de haberse cerrado. Casualmente, Zapatero estaba entonces de viaje oficial, fuera de España.

Illa celebrará un triunfo, sí, pero sin poder gobernar. Y Sánchez podrá sonreír y celebrar, pero sabe que en Cataluña se puede empezar a fraguar su tumba política.

Vamos, la conclusión es que el PSC hará lo que más le interese al PSC. Y que si Sánchez e Illa tienen tan buena sintonía es más bien porque la idea y la acción política de Sánchez se asemeja a la del PSC y no a la inversa. Para quienes no lo tengan claro todavía, el PSC y Salvador Illa concretamente, no está por la labor de ser el ganador de las elecciones y permitir que gobierne Aragonés, o Puigdemont, mientras él se convierte en un vicepresidente comparsa a mayor gloria de los equilibrios parlamentarios de Sánchez. No es su opción.

 

 

Así las cosas, la posibilidad de bloqueo que desemboque en una repetición electoral es una opción más que plausible. Si eso ocurre, repercutiría directamente en la estabilidad del Gobierno, puesto que, al repetirse las elecciones en octubre, no hay posibilidad de presentar un presupuesto en tiempo y forma, por lo que habría que empezar a hablar de una segunda prórroga para las cuentas españolas, con Bruselas mirando de reojo y con el ceño fruncido.

Pero en el supuesto de que la situación se desbloquease, bien por repetición electoral o porque Illa consigue el apoyo de ERC, eso daría al traste con el equilibrio de los apoyos de Sánchez, porque automáticamente los 7 votos de Junts en el Congreso de los Diputados, servirían para articular “la venganza de Carles Puigdemont”, quien, lejos de servir en bandeja la legislatura al PP, se dedicaría a hacerle la vida (que le quedase por delante) imposible a Sánchez y a su ejercicio del Gobierno.

Varios dirigentes del PSC consultados por ESdiario, nos recuerdan cordialmente que el suyo es un partido federado al PSOE, pero partido con estatutos propios, que no se somete a la voluntad de Ferraz “con tanta ligereza como algunos creen en Madrid”.

Veremos una noche electoral en la que todos tendrán algo que celebrar (quizás Cs, no, porque no parece que se espere representación parlamentaria alguna de la formación naranja), pero el PP, aun subiendo por la absorción de los ex de Arrimadas y parte de Vox, seguirá siendo irrelevante en el nuevo Parlamento de Cataluña.

Illa celebrará un triunfo, sí, pero sin poder gobernar. Y Sánchez podrá sonreír y celebrar, pero sabe que en Cataluña se puede empezar a fraguar su tumba política. ¿Qué podrá celebrar Puigdemont, si ni gana ni puede beneficiarse de los efectos de la amnistía que puede ser aprobada, pero suspendida de inmediato, ante las cuestiones prejudiciales presentadas por los tribunales ante la Justicia Europea?

 

¿Y ERC? ¿Celebrar su salida del Gobierno? Los comunes en franca caída, con representación exclusivamente en Barcelona ¿Van a celebrar? Y con ellos ¿Va a tener cuerpo para celebrar Yolanda Díaz, a quien dejaron con el culo al aire, cuando intentó convencerles de que votasen los presupuestos catalanes?

Recordemos que estas elecciones catalanas arrancan de esa decisión que Díaz no supo o no pudo parar, aunque públicamente diga que no quiso. En breve veremos esa fotografía de la noche electoral, que va a tener mucho más impacto y recorrido a lo largo de los días.