| 09 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al secretario general de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al secretario general de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro.

Pedro Sánchez arriesga el pacto con Ciudadanos para salvar a su protegido

El PSOE cierra filas en torno al líder gallego Gómez Besteiro que enfrenta su segunda imputación en un momento difícil para que su valedor Pedro Sánchez intervenga.

| ESdiario España

La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, fue la primera en advertir este sábado a Pedro Sánchez que el caso del líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, es en términos de corrupción política igual al de Chaves, Griñan o Salvador Victoria. Poco le importa a la cúpula de Ciudadanos que el protegido de Sánchez ya no ocupe un cargo político en el gobierno regional para pedir su dimisión inminente y sin contemplaciones bajo el amparo del pacto de gobierno firmado por ambos líderes el pasado 24 de febrero.

 "¡Basta ya de corrupción y de fraudes!, es la hora de devolver la decencia y la limpieza a la política española", gritó convencido Pedro Sánchez. "Yo soy un político limpio", declaró en otra intervención. "A mi no me temblará el pulso en echar a ningún corrupto del partido socialista, ninguno", confirmó en plena campaña. ¿Y ahora qué? Besteiro continuará al frente del PSOE gallego pero renunciará a su candidatura a la presidencia de la Xunta de Galicia a pesar de que esta situación no satisfaga el pacto adoptado entre el PSOE y Ciudadanos

 

 Lo que valía para unos que valga para todos o como lo definió la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal: “aplicar la misma vara de medir en todo los supuestos de corrupción e ilegalidades”. Eso es lo que los populares le reclaman a Pedro Sánchez tras la segunda imputación del secretario general del PSOE en Galicia por delitos de prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, fraude a las administraciones públicas, fraude en subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos. 

La lista de cargos es casi tan larga como la partida de “gastos sociales” que Besteiro coló a las arcas de la Diputación de Lugo cuando fue su presidente entre 2007 y 2015. El auto de la jueza Pilar de Lara enumera uno por uno los abonos realizados que ahora se investigan. Entre ellos se incluyen “gastos particulares tan exagerados y de tan elevadísima cuantía” como gafas graduadas de sol, prótesis, empastes, acupuntura, tratamientos con isoflavonas, implantación del Dispositivo intrauterino y viajes a Argentina, Euro Disney o Amsterdam. 

 

Con este panorama el silencio de Sánchez resulta atronador y más cuando en las redes corren como la pólvora las intervenciones del líder del PSOE solicitando una y otra vez a Mariano Rajoy que diera la cara por los casos de corrupción de su partido.  Una de las últimas fue a costa del aforamiento de Rita Barberá como miembro de la Mesa del Senado, pero las reclamaciones son interminables. “A mi lo que me parece un escándalo es que el señor Gómez de la Serna sea hoy diputado en el Congreso español”, y su bronca intervención en el debate cara a cara son otras de las más recordadas.

El cambio de tornas deja a Sánchez en una posición preocupante para los suyos porque ahora la petición de explicaciones está fundada. Dónde las dan las toman pueden pensar algunos pero no es más que un ejercicio político pedirle a la cúpula socialista la misma contundencia con estos asuntos que la que él exigía al Partido Popular.  “Nosotros lo que hacemos cuando hay indicios razonables o imputación es pedir responsabilidades políticas y apartar - a estar persona- de nuestro partido”, recordó la número dos de los populares. 

 

El famoso abecedario de imputados con el que Pedro Sánchez quiso avergonzar al Partido Popular durante la campaña electoral resuena con eco en Ferraz.  El código ético que impera en el Partido Socialista no le obligaría a dejar el cargo hasta el momento en el que la jueza decida abrir juicio oral pero esos no son los términos que Albert Rivera firmó con el PSOE. La condición de investigado debería dejarle fuera del partido de manera fulminante.