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Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.

La infidelidad que Pedro Sánchez no perdona y le puede costar su relación

Dos no riñen si uno no quiere. Pero ¿Y si los dos quieren? Pues o bien tienes un mediador que trabaje la palabra y restablezca la confianza, o bien te pones en manos de un abogado.

| Gisela Sebastián España

 

 

Hay parejas tóxicas: las que te absorben, te obligan, te destrozan y te acarician pidiendo perdón. Al principio todo parece ir bien, pero es un espejismo. En política la confirmación del amor debe quedar grabada, retratada y si es con romanticismo, mejor. Así lo hicieron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias el 30 de marzo de 2016 en una esquina (Calle Cedaceros con Carrera de San Jerónimo). Con gabardina y viento de cara (que no de popa) camino al Congreso, con gesto distraído y actitud histriónica ante multitud de paparazzi ávidos de tener la foto que confirmara el romance. Y tuvieron la imagen. Y, España, su gobierno. De coalición, la pareja supuestamente perfecta de la izquierda rojigualda.

Como las parejas más ilustres del papel couché, Sánchez e Iglesias escenificaron la confirmación de su relación y el voto progresista se esperanzó. De la misma manera que se avergonzó cuando uno de ellos, el más rojo, se cansó de trabajar para mantener a la familia y se marchó como quien necesita un cigarrillo para toda la vida. Pero nadie es imprescindible (y mucho menos quien se lo cree) y prueba de ello es la popularidad de la sucesora de Pablo Iglesias.

Las parejas se rompen y se reponen y, en política el despecho, el abandono y los cuernos tienen que tener el duelo justo y necesario. El electorado no tiene tiempo que perder y, mucho menos, paciencia para que otros se reconcilien. Seas peón o empresario tu cuenta y tu nómina no perdonan y por eso molesta que te den problemas y ademas te obliguen a elegir. "No voy a entrar en el juego de si quiero más a papá o a mamá", sentencia Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, a quien seguro los desengaños hieren, le descolocan pero también alivian. Yolanda Díaz fue un consuelo para el jefe del ejecutivo tras la marcha de Iglesias pero, por poco tiempo.

“Sánchez ha tenido actitud de malestar por la negativa de Iván, como cuando una pareja te deja”



Ahora el presidente del gobierno tiene a su mayor enemiga electoral en casa y le está poniendo los pantalones con pinza, dobladillo y cinturón. En el vestidor de Moncloa, un importante vacío. El que ocupaba Iván Redondo con sus piezas de ajedrez, la bufanda de la Real Sociedad y un arcón de secretos.

El "baúl de los recurdos" que Iván Redondo nunca desvelará

Ahora el exjefe de gabinete del Presidente del Gobierno se viste en privado con su baúl de los recuerdos "que nunca desvelará". Eso nos dice Toni Bolaño, autor de su biografía (Moncloa. La política o el arte de los que no se ve./Ediciones Penísula) que compara la actitud de Sánchez tras el abandono de su asesor con una ruptura de pareja.

Un ataque de cuernos, una infidelidad, un desplante, llámenlo como quieran pero es inquina. "La simbiosis entre el líder y el asesor es muy fuerte. Cuando quería entrevistar a Iván había días que me quería suicidar porque el presidente le llamaba 20 veces", se queja el escritor. El psicólogo que tratara esa terapia de pareja lo llamaría dependencia. En política, necesidad.

“Ha estallado una de las crisis más fuertes porque n este Gobierno falta quien cuaje la mahonesa”


La crisis pareja, como el inicio de la relación, ha tenido también su foto en portada. La reunión a cuenta de la Reforma Laboral (menos mal que son de izquierdas todos) "que en su forma y tiempo jamás hubiera sucedido con Iván Redondo en Moncloa", dice Bolaño.

En Moncloa falta cocina y sobran cocineros

Porque un asesor piensa en el efecto, en el voto, en la victoria y que sea en lo laboral donde PSOE y Podemos echen chispas quema en lo más hondo de su electorado. "Ha estallado una crisis con Podemos , una de las crisis más fuertes y, hemos visto que no existe el cordón umbilical que antes había". Cualquiera que se haya separado lo sabe y ya lo decimos al inicio: un mediador, un abogado, un consejero que canalice los problemas y amaine la ira. "Podían estallar crisis pero los trabajos previos se estaban haciendo, es que se han reunido a petición de uno de los socios, eso antes no existía", remata el periodista que asegura que en este Gobierno falta quien cuaje la mahonesa. En Moncloa falta cocina y sobran cocineros.

“La comunicación de florete de Iván Redondo o de navaja de Miguel Ángel Rodríguez”


Problemas de comunicación. Esa es la frase manida y real en los inicios de una crisis de pareja. Y la política no es diferente, es humana, terrenal, por ello necesita de expertos en la materia como lo fue el irresistible Jorge Moragas con Mariano Rajoy o como lo es Miguel Ángel Rodríguez con Isabel Díaz Ayuso. Son estilos diferentes, "Iván es de florete y Miguel Ángel de navaja trapera" puntualiza Toni Bolaño que se lamenta por la falta de bibliografía y análisis de esta materia en España. Comunicación política, opinión pública, encuestas... no podemos obviarlas ni, mucho menos, hacer política sin ellas.