Puigdemont tritura el discurso de Sánchez: primero amnistía, luego confrontación

Por si tuviera poco con el Caso Koldo, a Pedro Sánchez le acaban de abrir un nuevo frente, visible, público y denigrante. Lo ha hecho el prófugo Carles Puigdemont, líder independentista catalán fugado en Bélgica, quien en la constitución de la Asamblea Territorial del Consell de la República ha amenazado, sin ambages, sin tapujos y sin dobleces, al Estado. En cuanto esté aprobada la Ley de Amnistía, el plan estrella de Sánchez, toca regresar a la vía unilateral y a la confrontación con el Gobierno central. Adiós al discurso buenrrollista del Ejecutivo.

Quien con niños se acuesta ya saben ustedes cómo se levanta, que el refranero español es muy sabio Así que si te acuestas con un independentista catalán, lo normal es que las sábanas huelan a estelada. En un discurso delirante, Puigdemont ha advertido este sábado que la ley de amnistía no acabará con "la represión" del Estado.

Puigdemont se chotea de los españoles por que no lo torturan ni se deshacen de él. pic.twitter.com/RIhlwvMzOD

— ¡¡¡No Todos Los Catalanes Somos Independentistas!! (@CatNoIndepe) March 2, 2024

"La represión no ha acabado. Es que no se acabará tampoco, por más leyes que hagamos", ha dicho. Puigdemont ha asegurado textualmente que las entrañas más profundas del Estado "son capaces de saltarse el Estado de derecho, sin ningún problema y sin tener que dar explicaciones a nadie", porque, según Puigdemont, lo hacen en nombre de la unidad de España. El también eurodiputado ha dicho que el independentismo debe hacer frente a este Estado, haciendo "los sacrificios necesarios" para defender la independencia de Cataluña.

Discurso delirante

Puigdemont ha insistido en que la Justicia no ha doblegado al independentismo con una declaración de otro planeta: "Con todos los servicios secretos persiguiéndonos, con todos los teléfonos pinchados, con las policías fabricando informes y con todos los jueces disparando a matar". Y ha añadido que pocos movimientos independentistas aguantarían "la ofensiva de uno de los estados más poderosos y más represores que existen en la Europa Occidental".