| 19 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el Congreso.

Sánchez sigue arrinconando a Yolanda Díaz: ni agua con los datos de empleo

El presidente del Gobierno atribuye las buenas cifras de empleo a la ministra de Seguridad Social e ignora cualquier mérito de la vicepresidenta y ministra de Trabajo.

| Benjamín López España

El día en el que el Gobierno saca pecho por los datos del paro en abril queda en evidencia, una vez más, dos cosas: primero, la desconexión que existe entre Pedro Sánchez y su vicepresidenta Yolanda Díaz y segundo, la estrategia para arrinconar a Sumar.

Desde primera hora de la mañana varias cuentas oficiales del Gobierno y del PSOE comenzaron a presumir de los logros en el mercado laboral: 21 millones de afiliados a la Seguridad Social y 60.500 personas menos en el paro. El autobombo parece lógico y es lo habitual cuando salen buenas cifras de paro y afiliación. Lo que no es tan normal es que el presidente del Gobierno ignore a su ministra de Trabajo y no solo no le atribuya ningún mérito sino que se lo otorgue a otra ministra, la de Seguridad Social, Elma Saiz, que poco o nada tiene que ver en asuntos de empleo.

 

El Gobierno, ignorando por completo a la responsable de Empleo, ha erigido a Saiz como portavoz de la buena nueva. Es más, Pedro Sánchez utilizó un mensaje de su ministra de Seguridad Social en la red social X para hacer su propia valoración de los datos. Ni rastro de Yolanda Díaz.

Santos Cerdán y Pedro Sánchez con Elma Saiz cuando era candidata a la alcaldía de Pamplona.

 El distanciamiento de los dos partidos de la coalición es cada vez más notorio. La brecha se abrió con la convocatoria de las elecciones en Cataluña. Aragonés lo justificó por la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos ante la ausencia de apoyo de los Comunes, aliados de Sumar. Eso a su vez, en una suerte de efecto dominó, hizo que Pedro Sánchez diera marcha atrás en su intención de aprobar este año los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Con elecciones en Cataluña, entendió el presidente, no hay posibilidad de lograr el apoyo de ERC y Junts a los presupuestos.

En Madrid el PSOE culpó a Yolanda Díaz de no haber sido capaz de encauzar la situación en Cataluña y, por lo tanto, de la imposibilidad de sacar los Presupuestos adelante en España. La líder de Sumar reaccionó con enfado ante la decisión de Sánchez. Y todo eso con en trasfondo del fracaso electoral de Sumar en Galicia, especialmente significativo para ella al tratarse de su propia casa. Además hay que sumar la fractura con Podemos, que ha dejado a la izquierda a la izquierda del PSOE fragmentada y debilitada.

 Sánchez ha olido la sangre, ve muy débil a Sumar y a Podemos y va a por ambos. Su objetivo es comérselos electoralmente y que la izquierda comunista vuelva a ser lo que normalmente fue Izquierda Unida, un partido menor.

Yolanda Díaz e Irene Montero en los pasillos del Congreso.

 La cuestión es qué puede hacer Yolanda Díaz en esta situación de la que es plenamente consciente. Su salida no es fácil. Romper la coalición no parece una opción. El electorado podría señalarla como la culpable de acabar con el Gobierno progresista. Continuar en la misma situación tampoco es una buena opción aunque seguramente será lo que haga. Ese camino parece llevarle poco a poco a la irrelevancia, pero al menos mientras dure seguirá siendo vicepresidenta, algo con lo que probablemente jamás soñó.