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10 alimentos que seguramente estás conservando mal

Tal y como está el precio de la compra, te conviene tomar nota

| Marga García @gastroamantes Gastronomía

La cesta de la compra ha subido en los últimos tiempos de manera exponencial por lo que es interesante comenzar a prestar atención en qué compramos, cómo compramos y, sobre todo, cómo lo conservamos en casa. Al hacerlo de la forma correcta, no solo alargaremos la vida de muchos de ellos y colaboraremos a un menor desperdicio, sino que además los nutrientes y el sabor de los alimentos se mantendrán intactos por más tiempo.

FRUTOS SECOS

Son la fuente de energía más concentrada y bien conservados pueden llegar a tener una vida de 6 a 8 meses.

Lo mejor para ellos son los botes de cristal, metal o plástico que sean herméticos y siempre alejados de la luz directa del sol. También los blisters bien cerrados son idóneos para mantener su frescura, por lo que olvida la idea de dejarlos medio cerrados con una pinza en cualquier lugar de tu cocina.

En verano deben guardarse en el frigorífico, ya que con el calor los frutos secos tienden a oxidarse, volverse rancios y perder gran parte de sus aceites saludables.

Y sí, los frutos secos pueden congelarse. Para evitar que se peguen unos con otros, lo mejor es extenderlos sobre un plato e introducirlo en el congelador durante 2 o 3 horas. Después solo tendrás que colocarlos en bolsas o recipientes de cristal que cierren muy bien y te aguantarán en el congelador más de un año.

HUEVOS

Estamos hartos de ver cómo en todos los supermercados del planeta exponen los huevos para su venta en zonas ¡no refrigeradas! Entonces, ¿por qué nada más llegar a casa los introducimos en el frigorífico? La respuesta es todo un misterio. Lo cierto es, que en los meses más calurosos de año donde mejor están es en la parte menos fría del refrigerador, es decir, la estantería de arriba entre los 2 y 5 º C y no en la puerta, como erróneamente creemos, ya que el hecho de abrir y cerrar hace que cambie su temperatura y por lo tanto se puedan deteriorar con rapidez.

Pero ahora, que el freso comienza a estar presente, su lugar correcto es a temperatura ambiente y lejos del sol directo. 

Si los queremos conservar cocidos lo mejor es introducirlos en un recipiente hermético para evitar que absorban olores de otros alimentos que pueda tener cerca. Una vez cocidos duraran en buen estado entre 5 y 7 días.

TOMATES

El tomate se puede conservar tanto dentro como fuera de la nevera, pero nunca debemos guardarlo en el frío si no ha madurado por completo, ya que es un alimento climatérico, es decir, que sigue madurando después de la recolección.

Si están verdes lo mejor es colocarlos en una sola fila sin amontonar lejos de la luz directa, con el pedúnculo boca abajo para protegerlo de los insectos y evitar que pierdan agua. 

Eso sí, como más ricos saben es cuando se comen a temperatura ambiente por lo que si los tienes en frío, no olvides sacarlos al menos una hora antes.

PLÁTANOS

El plátano es una de las frutas que debemos almacenar fuera del frío a una temperatura de 10 o 12 grados por lo que una despensa aireada es el lugar perfecto para ellos.

La primera regla es no separarlos nunca ya que al estar unidos retrasa considerablemente su maduración. Para que duren más tiempo puedes optar por tres opciones:

1.- Colgarlos para que circule el aire de manera uniforme sobre ellos.

2.- Proteger con papel film o papel de aluminio la zona por la que están unidos y guardarlos, también prolongará su vida.

3.- Y si los has comprado demasiado verdes y deseas una maduración rápida, colócalos junto a las manzanas, ya que éstas emiten etileno, un gas que acelera el proceso de maduración.

LIMONES Y NARANJAS

Tanto los limones como las naranjas o cualquier otro cítrico no toleran nada bien el frío. Lo mejor para ellas es almacenarlas en una sola fila (no apiladas) a temperatura ambiente en un lugar con ventilación, seco y fresco. Si tienes una cesta de mimbre y las colocas ahí, tus naranjas y limones van a ser muy felices.

 

LATAS

Seguramente más de una vez has guardado en la nevera una lata abierta. Pues bien, ¡no vuelvas hacerlo! Las latas de metal blanco pueden desprender estaño y contaminar el resto de comida. Lo más seguro es transferir el sobrante a un recipiente de cristal esterilizado con tapadera y mantenerlo en el frío. De esta manera también evitarás el típico gusto metálico y una oxidación más rápida del alimento. Si además, pones el bote boja abajo ( asegurándote de que la tapa está perfectamente cerrada) alargarás su vida considerablemente.

LECHUGA

Mantener una lechuga en su mejor estado es tarea sencilla si sabes cómo hacerlo. 

Para que te dure más tiempo debes almacenarla en el cajón de la nevera envuelta en papel de cocina para recoger el exceso de humedad.

Si te excedes en el tiempo de conservación y está demasiado mustia, puedes revivirla sumergiendo sus hojas durante unos minutos en agua helada con un poco de jugo de limón.

ESPÁRRAGOS VERDES, BRÓCOLI, ESPINACAS Y ACELGAS

Tanto los espárragos verdes como el brócoli, las acelgas y espinacas, deben conservarse como si fuera un ramo de flores, e incluso, es aconsejable cortar parte del tallo antes de sumergirlo en un recipiente con agua. 

En el caso del brócoli, para que los floretes no se resequen, cúbrelo con una bolsa para evitar la deshidratación.

PAN

Ya sea pan casero o comprado, el lugar donde el pan se va a sentir más cómodo es en la clásica panera, en cajas de madera o en bolsas de tela donde pueda respirar, nunca de plástico. El plástico hace que se vuelva gomoso y pierda su crujiente.

Desconfía de quién dice que el frigorífico es una buena opción. Puede alargar su vida, sí, pero cambia considerablemente su textura y sabor.

QUESOS

Quesos tiernos

Nada de quesera de cristal, por favor. El queso es un producto vivo que necesita respirar, así que nada de encerrarlo, nada de plásticos, ni tuppers. El mejor envoltorio es el papel de horno y para disfrutar de su sabor plenamente no hay que olvidar sacarlo del frío 30 minutos antes de comerlo.

Quesos curados 

El queso curado se puede conservar fuera del frío y hacerlo como lo hacían nuestras abuelas, con un paño suave y limpio de muselina.

Quesos frescos

Cubre la base de un recipiente de cristal hermético con papel de cocina y coloca el queso encima para que absorba los líquidos que va soltando. Eso sí, hay que cambiar el papel cada 24-48 horas ya que el agua que absorbe el papel puede dar lugar a olores que pasarían al queso.  

PATATAS

A las patatas solo les gusta relacionarse con otros alimentos cuando van a ser cocinadas. A la hora de conservarlas prefieren estar solas, al ser posible cubiertas con un paño oscuro en un lugar fresco y alejadas de la luz. 

No se deben mezclar jamás con cebollas, ya que éstas, al igual que las manzanas, contienen etileno que aceleran rápidamente el proceso de maduración y putrefacción de la patata.