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La portavoz de Bildu, Merche Aizpurúa, pasa por delante de Sánchez en el Hemiciclo
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La memoria histórica de Bildu: el primer asesino de ETA nunca mató

Sortu difunde una biografía de Txabi Etxebarrieta que omite su autoría en la muerte por cinco balazos de Pardines y su padrinazgo de la violencia etarra que causó 800 crímenes

| Francisco Mercado Investigación

 

 

Cada cierto tiempo el mundo abertzale  conexo a Bildu homenajea a Txabi Etxebarrieta, autor del primer crimen de ETA. Reiterada violación de la ley de partidos. Pero peor es que Sortu, integrante de Bildu, pisotee la memoria histórica.

Quien lea su biografía difundida estos días para convocar su akelarre creerá que era un escolar amante de la poesía (foto del tuit) que militaba en ETA (no aclara qué era) y que la Guardia Civil se empeñó en dispararle cuando iba en coche hasta que lo mató. Es la otra memoria histórica: la que consienten Otegi y Sánchez. Durante el franquismo sólo mataba Franco.

Véase la biografía que aporta Sortu:


Txabi Etxebarrieta nació en 1944 en Bilbao. Fue el tercero de cuatro hermanos: Hizo Primaria y Secundaria en los escolapios. Estudió Economía en la universidad de Bilbao. Tenía un grupo de amigos que discutían sobre música clásica, literatura y cine; y también trabajó en el teatro.

 

También comenzó a aprender euskera durante sus años universitarios, pero escribió la mayor parte de su poesía en español. En 1963 se incorporó a ETA. En 1965, cuando el grupo que dirigía ETA fue deportado del País Vasco Norte, se incrementó el protagonismo de los hermanos Etxebarrieta.

El 2 de junio de 1968 ETA decidió matar a los jefes policiales José María Junquera y Melitón Manzanas. Etxebarrieta preparó esta última operación.

Txabi encabezó el V Congreso de 1967, una asamblea que se convertiría en uno de los principales puntos de inflexión en la historia de ETA, que conjugaría la opresión de nación y de clase. El 7 de noviembre de ese año unos guardias civiles dispararon contra Txabi, pero logró salir ileso. Finalmente, el 7 de junio de 1968, con 23 años, la Guardia Civil lo paró en un control, lo identificó y luego lo mató a tiros”.

Toda una vida de poesía, y en español, para que te abatan unos guardias civiles. Sus biógrafos ni detallan qué es ETA, ni su protagonismo ni por qué la V asamblea fue un punto de inflexión. “Unió la opresión de nación y de clase”.

Bildu pide el voto con parecidos argumentos y nadie dispara a Otegi. ¿Será que el poeta no defendía sólo eso? En la segunda parte de la V asamblea (marzo de 1967) se ratificó la estrategia de acción-reacción, que buscaba provocar una represión policial indiscriminada sobre la sociedad vasca.

Matar para que maten. Txabi la presidió y fue elegido miembro del Comité Central y del Comité Ejecutivo de la organización armada. Ahí comenzó la matanza de más de 800 españoles.

 

Homenaje al etarra Txabi Etxebarrieta.

 

El 2 de junio de 1968 ETA decidió matar a los jefes policiales José María Junquera y Melitón Manzanas. Etxebarrieta preparó esta última operación. A los cinco días, en Aduna (Guipúzcoa), el guardia civil José Antonio Pardines paró el coche robado en el que viajaba con su compañero Iñaki Sarasketa. Cuando el agente estaba comprobando la documentación, Echebarrieta lo asesinó.

Sarasketa desnudó con crudeza a su compañero de armas, Txabi. “Nos pidió la documentación y dio la vuelta al coche para comprobar si coincidía con los números del motor. Txabi me dijo. «Si lo descubre, le mato». «No hace falta, contesté yo, lo desarmamos y nos vamos».

«No, si lo descubre le mato». Salimos del coche. El guardia civil nos daba la espalda, de cuclillas mirando el motor en la parte de detrás. Sin volverse empezó a hablar. «Esto no coincide…». Txabi sacó la pistola y le disparó en ese momento. Cayó boca arriba. Txabi volvió a dispararle tres o cuatro tiros más en el pecho. Había tomado centraminas y quizá eso influyó. En cualquier caso, fue un día aciago. Un error. Como otros muchos en estos 20 años. Era un guardia civil anónimo, un pobre chaval. No había ninguna necesidad de que aquel hombre muriera”.

Pardines ni siquiera desenfundó su arma. Hace falta más valor para asumir el discurso de Sarasketa (“un error, como muchos otros”) que para disparar. Nadie homenajea Sarasketa. Txabi murió por dos disparos de un guardia civil que le tenía retenido en un control horas después del asesinato de Pardines.

En marzo de 1978, diez años más tarde, la banda del poeta asesinó a uno de los guardia civiles que creía que participó en el control que costó la vida a Txabi. El sargento José Acedo Panizo.

En 2022 la Universidad del País Vasco (UPV) proclamó “altamente probable que Txabi fuera ejecutado extrajudicialmente”. Sarasketa, su compañero, da una versión diferente: “Los dos llevábamos una pistola en la cintura. Primero me cachearon a mí, y no la notaron. Recuerdo que el guardia civil que registraba a Txabi lanzó un rugido. Y después, una escena típica del oeste, de las de a ver quién tira primero...”

No consta informe universitario sobre los asesinatos de Pardines ni de Acedo. La UPV alegaba que Txabi fue disparado dos veces. Pardines recibió cinco balazos. Acedo, 6. No era ya guardia civil. Era portero de fincas.