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Terremoto en Taiwán
Terremoto en Taiwán

Terremotos de 7.2 en Taiwán: el más fuerte en 25 años

Un terremoto de magnitud 7,2 se produjo casi a las 8 de la mañana frente a la costa este de Taiwán a una profundidad de 15,5 kilómetros.

| Elena Bellver Mundo

Se están realizando esfuerzos de rescate para salvar a más de 100 personas atrapadas en túneles o edificios, todas en el área alrededor de la ciudad de Hualien. Por ahora hay 9 personas fallecidas y más de 900 heridos. 

Desastre en Taiwán

El presidente electo Lai Ching-te expresó la máxima prioridad del gobierno: rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros de los edificios derrumbados en Hualien. Frente a uno de estos sitios devastados, Lai destacó la urgencia de la situación y la necesidad de una acción inmediata para salvar vidas.

Terremotos de 7.2 en Taiwán:

El acontecimiento sísmico más reciente en la isla de Taiwán dejará huella en la memoria colectiva de sus habitantes. Nos situamos en el día de hoy 3 de abril del 2024, cuando una sacudida de magnitud 7.2, la más potente en 25 años, sacudió la costa este de la isla. Este suceso desencadenó una serie de consecuencias devastadoras que, hasta el día de hoy, continúan resonando en la vida de quienes la experimentaron.

El despertar de la naturaleza

El fatídico miércoles, a las 7:58 hora local, el suelo de Taiwán tembló con una fuerza sin precedentes en décadas. El epicentro se ubicó a 18 kilómetros al sur de la ciudad de Hualien, a una profundidad de 34.8 kilómetros bajo tierra. El Servicio Geológico de Estados Unidos registró el evento como un terremoto de magnitud 7.2, desencadenando pánico y caos en la región.

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Las consecuencias no se hicieron esperar. La Agencia Nacional de Bomberos de Taiwán (NFA) informó que, como resultado de este catastrófico evento, se ha confirmado la muerte de al menos nueve personas y más de 900 heridos.

Los peores daños se registraron en la ciudad oriental de Hualien y la campiña montañosa que la rodea. Decenas de personas están atrapadas, según informa Reuters.

Al parecer alrededor de 100 personas quedaron atrapados en túneles de carreteras, luchando por su supervivencia mientras las horas pasaban lentamente. La magnitud del desastre era evidente y sus efectos, innegables.

La Devastación en Hualien

El condado de Hualien fue el epicentro de la tragedia. Tres excursionistas perdieron la vida debido a la caída de rocas en el famoso sitio turístico de Taroko Gorge. Además, un camionero encontró su trágico destino frente a un túnel en la autopista Suhua de la costa este, víctima de desprendimientos rocosos.

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Taroko Gorge.

La furia de la naturaleza se manifestó sin piedad, recordando a los residentes de Taiwán la fragilidad de la vida humana frente a sus caprichos.

Una mujer que dirige un alojamiento tipo bed and breakfast en la ciudad de Hualien compartió sus experiencias durante el terremoto, destacando la necesidad de tranquilizar a sus huéspedes asustados.

Según sus palabras, este terremoto se posicionó como el más grande que ha experimentado en su vida. Identificada solo por su apellido, Chan, su testimonio refleja el temor y la incertidumbre que se apoderaron de la comunidad en medio del caos.

El Esfuerzo por la Supervivencia

A medida que el polvo se asentaba y los gritos de angustia llenaban el aire, los rescatistas se movilizaban con determinación para liberar a los atrapados.

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Docenas de personas se encontraban en una carrera contra el tiempo, atrapadas en túneles de carreteras que se habían convertido en tumbas de concreto. El túnel Jinwen, de 400 metros de longitud, alberga a 60 personas en su interior, mientras que otros dos túneles, en el norte del condado de Hualien, mantenían cautivas a varias personas más.

Solidaridad en la adversidad

Ante la magnitud de la tragedia, el pueblo de Taiwán demostró una vez más su resiliencia y solidaridad. Desde el primer momento, voluntarios, cuerpos de rescate y ciudadanos comunes se unieron en una muestra de apoyo sin precedentes. Aunque la adversidad golpeaba con fuerza, la esperanza y el espíritu de colaboración prevalecían entre las grietas del desastre.

Réplicas y Temor Persistente

Terremotos de 7.2 en Taiwán:

El temor persistía en los días posteriores al terremoto. Las réplicas, algunas de ellas de una fuerza temible, continuaban sacudiendo la tierra, recordando a todos que el peligro aún acechaba. La Administración Meteorológica Central de Taiwán advirtió sobre la posibilidad de réplicas de hasta magnitud 7 en los días siguientes, manteniendo a la población en vilo y en estado de alerta constante.

Daños en la Base Aérea

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La fuerza aérea de Taiwán informó sobre daños leves sufridos por seis aviones de combate F-16 en una importante base de la ciudad de Hualien. Esta base, desde donde a menudo despegan aviones para contrarrestar las incursiones de la fuerza aérea de China, se vio afectada por el terremoto. Aunque los aviones fueron dañados, se espera que vuelvan a estar operativos en breve.

Asistencia internacional y reacciones regionales

Estados Unidos se solidarizó con Taiwán, ofreciendo su apoyo y asistencia ante la tragedia. Por otro lado, en Japón, la agencia meteorológica estimó la magnitud del terremoto en 7.7, con pequeñas olas de tsunami alcanzando partes de la prefectura sureña de Okinawa.

Mientras tanto, en Filipinas, las autoridades instaron a los residentes costeros a trasladarse a terrenos más elevados como medida preventiva. La repercusión del terremoto también se sintió en China, específicamente en la provincia sureste de Fujian, así como en el centro comercial de Shanghai, según informes de testigos presenciales y medios estatales.

A medida que la atención se desplazaba de la emergencia inmediata hacia la reconstrucción, Taiwán se enfrentaba a un desafío monumental. Más de 100 edificios resultaron dañados en toda la isla, con el condado de Hualien llevando la peor parte. La tarea de reconstruir comunidades, restaurar la infraestructura y sanar las heridas emocionales de una nación traumatizada requeriría tiempo, recursos y un esfuerzo coordinado a nivel nacional.

En conclusión, el relato de los terremotos de 7.2 en Taiwán, es una crónica de tragedia, resiliencia y esperanza. A través de la devastación y el caos, los taiwaneses demostraron su capacidad para unirse en solidaridad, enfrentar la adversidad. A pesar de las pérdidas sufridas y los desafíos que aún aguardan, Taiwán mira hacia el futuro con determinación.

En los meses venideros, la isla se enfrentaría a la difícil tarea de reevaluar sus políticas de prevención de desastres, fortalecer la infraestructura y educar a la población sobre la importancia de la preparación ante eventos sísmicos.

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