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Algarve o costa andaluza: Portugal se lo pone (más) difícil al turismo

El endurecimiento de las restricciones al turismo por parte de las autoridades lusas abre una ventana de oportunidades para Andalucía en una temporada que avanza a trompicones.

Playa de la localidad de Faro, Algarve

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Los turistas que quieran visitar Portugal tendrán que certificar que no están contagiados por Covid-19. El gobierno del país vecino aprueba endurece sus medidas de control ante el aumento de casos y afectan directamente al sector turístico.

Tanto residentes como visitantes tendrán que presentar un certificado de vacunación europeo o una prueba PCR negativa tanto para alojarse en hoteles o apartamentos, así como también se exige para comer en el interior de algunos restaurantes. Sólo quedan exentos de estas medidas los menores de 12 años acompañados por sus padres.

La variante Delta se sigue expandiendo de forma rápida por el territorio luso, al igual que ocurre en España, siendo entre los jóvenes donde se produce un mayor número de contagios, por lo que ambos países entran dentro de la zona de riesgo que marca la UE.

Sin embargo, Portugal es más restrictivo no sólo con el control de viajeros sino que en localidades como Albufeira o Faro, en la turística región del Algarve, se impone el toque de queda nocturno, así como el cierre de localidades con elevada tasa de incidencia.

Todo ello pone mucho más complicado que los viajeros se fijen en este destino para disfrutar de las vacaciones, lo que podría beneficiar al mayor rival en el sector turístico que es nuestro país. Principalmente a Andalucía que compite directamente con el Algarve en ese turismo de sol y playa, y donde aún no se han tomado estas medidas tan restrictivas.

Estas dos regiones reúnen cada año a millones de visitantes que además tienen un perfil muy parecido y proceden en su mayoría de Alemania y Reino Unido, sin olvidar al turismo nacional. Un negocio que interesa por igual recuperar a ambos territorios ya que basan una parte de su economía en él. Para Portugal representa el 15% del PIB antes de la pandemia, mientras que en Andalucía alcanza el 13%.

Por todo ello, las restricciones y limitaciones que impongan cada uno de los países y Europa serán determinantes para ‘salvar’ el segundo verano afectado por la pandemia, que no termina de arrancar con éxito. Además, va quedando claro que estas vacaciones serán muy diferentes para aquellos que estén vacunados frente a los que no lo estén. Desde coger un avión hasta comer en un restaurante será para aquellos que certifiquen que no están contagiados.