La apicultura andaluza en la búsqueda de nuevos mercados

La apicultura es una actividad con gran presencia en Andalucía, sin embargo, se trata de un sector delicado, marcado por los métodos tradicionales de producción y afectado por las enfermedades que sufren las colmenas.

En Andalucía existen unas 4.500 explotaciones apícolas, con unas 600.000 colmenas, la mayoría de ellas trashumantes. Suponen el 20% del total de España y se centran en las provincias de Almería, Sevilla, Málaga y Granada, ésta última con un elevado porcentaje de producción ecológica.

La actividad es generadora de empleo en el medio rural, pero también tiene una incidencia directa sobre la conservación de nuestros ecosistemas. Además del producto de la miel, de la labor de las abejas como polinizadoras depende buena parte de la producción alimenticia y de la biodiversidad mundial. Son por tanto imprescindibles para la vida.

La apicultura andaluza genera una producción cercana a los 33 millones de euros anuales y exportan a países tan diversos como Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Portugal, Marruecos, Suecia o Arabia Saudí. A ello hay que añadir la existencia de un sector asociado a esta industria artesanal que está representada en Andalucía por 54 empresas dedicadas al envasado y comercialización de las producciones.

Por ello, no es de extrañar que desde la Junta de Andalucía se persiga una mayor competitividad de este sector ganadero para conseguir expandirlo en nuevos mercados.

La Junta abona 3,6 millones de euros en ayudas

La consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía ha resuelto la última convocatoria de ayudas para el sector de la apicultura que asciende a casi 3,6 millones de euros. La cifra supone un incremento del 70% respecto a 2020, cuando estas subvenciones, cofinanciadas con fondos europeos, fueron de 2,1 millones.

Estos incentivos permiten atender las distintas actuaciones del Programa Apícola Nacional y este año benefician a casi 395.000 colmenas, 7.500 más que el año anterior. Las ayudas tienen como destino la asistencia técnica a apicultores y sus asociaciones; la lucha contra agresiones y enfermedades de las colmenas; la racionalización de la trashumancia; las medidas de apoyo a laboratorios de análisis de productos apícolas para valorizar y comercializar sus productos, y la mejora de la calidad y la exploración de nuevos mercados.

Se atiende a través de las subvenciones algunas de las grandes amenazas para la apicultura como es atajar con tratamientos la principal enfermedad que afecta a las abejas, la varroasis, una especie de garrapata que daña a los insectos.

La inversión también va a permitir financiar la alimentación de las abejas y purificación de cera, contratar técnicos y especialistas para información y asistencia a los apicultores, ampliar actividades formativas, adquirir equipos que faciliten la trashumancia o se destinarán para las entidades del sector.

Además, se incorporan nuevas líneas dentro de dicho plan, como las dirigidas a sistemas de protección y vigilancia antirrobo, los sistemas de divulgación técnica o las inversiones en materia de comercialización.

Las ayudas se abonarán el próximo mes de octubre, según han informado desde la Junta, gracias a que se han tramitado en un plazo de tres meses, gracias a la implantación de un sistema simplificado telemático.