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El auditor de la Faffe defiende las cuentas y asegura que "no fue engañado"

Jesús Bustamante no detectó irregularidades durante ocho años que auditó a la Fundación de la Junta, que se investiga en los tribunales por el pago en puticlubs con dinero público.

Jesús Bustamante, auditor de la Faffe, durante su comparecencia hoy en la comisión de investigación.

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Parece que todo falló en el control de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), el ente de la “administración paralela” de la Junta de Andalucía, durante sus ocho años de funcionamiento bajo el mando del gobierno del PSOE.

La última sesión de la comisión de investigación de la Fundación que se ha desarrollado en la mañana de hoy viernes en el Parlamento ha arrojado poca luz sobre lo que ocurría dentro del ente. Y eso que ha sido el auditor de la Faffe, Jesús Bustamante León, el que ha comparecido, por lo que se esperaban algunas aclaraciones sobre las cuentas y las contrataciones.

Más aún, tras el último auto del juez que instruye el caso José Ignacio Vilaplana de cara a la celebración del juicio oral, sobre la pieza que afecta a los gastos en locales de alterne usando tarjetas con dinero público, en los que se investiga al exdirector de Faffe, Fernando Villén, y a la que fue directora financiera, Ana Valls.

El exdirector de Faffe, Fernando Villén.

A ello se suma la petición de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, trasladada al juzgado número 6 de Sevilla, de seis años de cárcel y de inhabilitación para Villén, por un presunto delito continuado de malversación y otro supuesto delito de falsedad en documento oficial continuado cometido por funcionario público. Para Valls solicita cuatro años de prisión e inhabilitación por su papel de cooperadora necesaria. Además de pedir también multas de 7.000 y 6.000 euros, respectivamente, y la indemnización a la Junta de 32.566 euros por las cantidades distraídas.

Declara el auditor de la Faffe: las cuentas eran "correctas"

El caso tendrá que ser aclarado en los tribunales, pero mientras se intentan depurar responsabilidades políticas en la Cámara andaluza, en el día de hoy con escaso éxito. De la declaración de Bustamante como auditor de la Faffe durante todos los años de funcionamiento desde 2003 a 2011, se desprende que todo era correcto.

Él fue el encargado de realizar las auditorías anuales al ente tras el cierre del ejercicio de 2003 y hasta que se liquidó y fue absorbida por el Servicio Andaluz de Empleo, como experto y socio de la empresa Auditoría y Consulta S.A., que logró las licitaciones de la Junta de Andalucía para este objetivo.

Bustamante ha indicado que la opinión mostrada tras realizar las auditorías, basadas en una “seguridad razonable” fueron “favorables”, al considerar que “reflejaba fielmente la situación financiera” de Faffe.

A pesar de las insistentes preguntas formuladas por los portavoces del PP, Cs y Vox, centradas en la ejecución de las subvenciones y los pagos de prestaciones a los directivos de Faffe a través de ellas, el auditor ha defendido la profesionalidad y el rigor con el que se efectuaron las auditorias en base a la legislación existente.

Ha asegurado que las cuentas anuales de Faffe eran “correctas” y no detectó irregularidades. Añade que se rendían cuentas justificando todas las subvenciones en cuanto a la contabilidad y no se detectaron descuadres.

Para el auditor, estaba todo el regla y el gran ente, que superó los 1.600 trabajadores y llegó a recibir un volumen de subvenciones que colocó sus activos en 150 millones de euros, estaba bajo los controles correspondientes. Bustamante ha afirmado que se realizaban arqueos de las cuentas, aunque no ha determinado con qué periodicidad.

Con respecto a las tarjetas con las que, según la investigación, se pagaban servicios en prostíbulos, ha reconocido que conocía su existencia por la información facilitada por las entidades bancarias, pero no los movimientos que se realizaban con las mismas. “No tenía conocimiento de ninguna irregularidad”, ha afirmado.

Para llevar a cabo las auditorías al ente, Bustamante mantenía relación laboral directa con la exdirectora financiera de Faffe, Ana Valls, a la que ha calificado como “una persona técnica y honrada”, sobre la que “no tiene dudas”.

La exdirectora financiera de la Faffe, Ana Valls, en una imagen de archivo acudiendo al juzgado.

Una de las últimas preguntas a las que ha tenido que responder ha sido sobre si era posible que las cuentas que llegaban a la auditoría pudieran estar manipuladas, algo que ha considerado como “muy difícil que eso ocurriera”.

También ha sido rotundo cuando el portavoz de Cs ha dicho que había sido engañado. “A mi no me han engañado”, ha asegurado el auditor, que ha agregado que hizo un trabajo documentado y verificado, para concluir asegurando: “no tenía ninguna duda de que estas eran las cuentas”.