La sequía se acentúa en Andalucía y comienzan las restricciones
El 80% de la cuenca del Guadalquivir afectada por el decreto de sequía. Los embalses están al 26%, aunque el consumo humano está garantizado para dos años, pero no los riegos de cultivos.
Embalse de Güejar en Granada.
La escasez de precipitaciones en Andalucía pone en jaque a casi la mitad de la región. No llueve y las previsiones no son nada halagüeñas. La situación tampoco es nueva, porque los últimos diez años han sido secos y sólo uno de los últimos ocho, 2017-2018, se ha aproximado a la media de precipitaciones. El resto se han caracterizado como secos y la posibilidad de tener un año normal es solo del 33%.
Así lo explican desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, en la que se han tenido que tomar medidas y desde el inicio de este mes se ha declarado la situación excepcional por sequía extraordinaria en la mayoría de la cuenca.
Esta zona registra, con respecto a la media de los últimos 25 años, un 17% menos de precipitación acumulada, el 57% menos de aportaciones a los embalses y hasta el 20% menos de volumen medio, situándose hoy en día al 26,2% de su capacidad total.
La medida afecta al 80% de la reserva total de la cuenca que se reparte en las provincias de Jaén, Córdoba, Granada y Sevilla. Por ello, los problemas se presentan para 4,3 millones de personas, 554 municipios y 890.000 hectáreas de cultivo de regadío, que pertenecen a esta zona.
Con las reservas en esta cifras, el abastecimiento humano continúa garantizado a corto-medio plazo en toda la cuenca, es decir, durante dos años, salvo en determinadas zonas que se abastezcan de aguas subterráneas o de manantiales y que pudieran sufrir problemas puntuales.
Sin embargo, esta declaración ha motivado algunas medidas como restricciones a los agricultores y al uso industrial, la reserva de 400 hm³ para el abastecimiento en el conjunto de los embalses, la reserva de 100 hm³ para evitar la pérdida de cultivos vulnerables y la intensificación de campañas de educación y concienciación del ahorro, entre otras.
Además, entre las medidas tácticas a ejecutar de inmediato, se ha informado que, los desembalses que se produzcan, serán solo y exclusivamente para el mantenimiento de los caudales ecológicos mientras se mantenga esta situación y ante la ausencia de precipitaciones. En la misma línea se ha anunciado el incremento de la vigilancia y el control para evitar detracciones de caudal para riegos.
Tras la declaración, la Confederación ha valorado como necesario solicitar al Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la aplicación de un Real Decreto Ley para paliar los efectos producidos por la sequía. Y es que hasta el momento la precipitación acumulada, a pesar de las lluvias registradas a finales de octubre, se sitúa en 42 l/m², muy por debajo de la media histórica para el mismo periodo que alcanza los 71 l/m².
