Espadas defiende la regularización de los riegos porque no atentan contra Doñana
El secretario del PSOE-A ha tenido que volver a explicar su apoyo a los agricultores de Huelva y reconoce que la solución está en manos de las obras de trasvase que dependen de Moncloa.
Las explicaciones por la votación del grupo socialista en el Parlamento por la regularización de los regadíos en el entorno del Parque Nacional de Doñana le está provocando algunos quebraderos de cabeza a su secretario general en Andalucía, Juan Espadas.
Con su abstención permitieron que saliera adelante las iniciativas de PP, Cs y Vox para poner solución al problema de los agricultores del Condado de Huelva y hoy lunes ha tenido que dar de nuevo la razón a los proponentes de esta medida que busca reconocer los derechos adquiridos históricamente para acceder al agua.
Así Espadas ha abogado por "ser capaces de resolver algunos de los problemas de los agricultores" del entorno de Doñana, que ha situado en atender su necesidad de "aguas superficiales, nunca del acuífero de Doñana". Es decir, la misma propuesta de PP, Cs y Vox que no pretende ni amnistiar los riegos ilegales, ni ampliar la superficie, sino que una vez que se ejecuten los trasvases previstos por el Gobierno central y reclamados desde hace años, puedan acceder al agua para sus cultivos.
En una atención a los medios de comunicación antes de participar en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Espadas ha asegurado de forma tajante que "Doñana no va a estar nunca en peligro", poniendo en cuestión a su propio partido a nivel nacional y contradiciendo a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que envió una carta al presidente Juanma Moreno alertando sobre los peligros que supondría y pidiendo la paralización de esta proposición de Ley.
Este proyecto promueve la conversión de terrenos de uso forestal en suelo agrícola de regadío en los municipios al norte de la Corona Forestal de Doñana, que se quedaron fuera de la regulación de 2014 con el PSOE al frente de la Junta. Un problema que lleva enquistado desde hace 30 años, al que han dado la espalda y que ahora puede llegar a una solución sin que se esquilmen los recursos del Parque. Es decir, sin que se extraigan del acuífero de la cuenca del Guadalquivir y provengan de las cuencas que tiene capacidad del Tinto, Odiel y Piedras.