Ni el temporal ni la subida de precios pueden con la Semana Santa andaluza
Optimismo en el sector ante el gran reclamo que supone el fervor cofrade para los turistas y se espera alcanzar el 90% de ocupación hotelera en la comunidad durante el fin de semana.
Celebración del Domingo de Ramos en Sevilla.
El fervor de los andaluces con sus tradiciones religiosas llevaba dos años retenido por la pandemia de coronavirus y este año con los contagios controlados y las restricciones eliminadas se recupera una Semana Santa con normalidad.
Las procesiones ya están recorriendo las calles de las capitales y pueblos andaluces y es que, como se dice en el sur 'había ganas' de celebración. Una festividad en la que se une creencia religiosa, la cultura y el arte, con el ocio y disfrute para propios y extraños. Y es que esta es una de las semanas del año en la que Andalucía registra un mayor número de visitantes y no es de extrañar porque el despliegue de las hermandades y la catarsis de los andaluces es máxima, por lo que pocos se lo quieren perder.
Este año se espera recuperar las cifras previas a la pandemia y según el Gobierno andaluz, la ocupación prevista será del 70% durante estos primeros días para alcanzar el 90% a partir del fin de semana en las zonas de litoral. A pesar de que desde las asociaciones hoteleras creen que las reservas de última hora pueden provocar un efecto muy positivo en el sector, fuertemente golpeado por la pandemia, siguen echando de menos al turista internacional.
Y es que a la tradición cofrade que se vive en estos días en cada rincón de Andalucía, se suma el aliciente del buen clima y de las playas, que cada año son un reclamo para los visitantes del resto de España y de fuera de las fronteras. En esta ocasión además los ayuntamientos y empresarios de la costa se afanan en reparar los daños causados por el temporal en buena parte del litoral.
La crisis se deja notar en la Semana de Pasión
A pesar del optimismo del sector turístico, la crisis provocada por la guerra en Ucrania se ha dejado notar también y el elevado precio de los productos, combustibles y electricidad, multiplican hasta por tres los costes para las empresas.
La Semana Santa es prácticamente el pistoletazo a la temporada turística y lo hace lastrado, porque según los representantes del sector no pueden subir los precios de las habitaciones de hotel para amortizar las pérdidas, por lo que han decidido mantenerlos estables. Prefieren que vuelvan los turistas y sostener la actividad.