El 'show del temor' de Sánchez y Espadas no funciona contra Moreno
El presidente del PP-A no quiere ataduras y persigue un gobierno en solitario, ante la campaña del PSOE que trata de asustar al ciudadano al tiempo que planean una subida de impuestos.
Justo hoy se cumplen 40 años desde que los andaluces votaron por primera vez y este aniversario coincide a su vez con el proceso electoral en el que están inmersos los partidos para enfrentarse a las urnas el 19 de junio. Una 'batalla' que el actual presidente de la Junta de Andalucía y del PP-A, Juanma Moreno, afronta con la moderación que le caracteriza pero con un propósito claro: gobernar en solitario.
Esta vez no quiere tener que pactar con nadie y persigue la mayoría absoluta: "aspiro a lograr un resultado que me permita gobernar sin ataduras", ha insistido el presidente del PP-A, que no ha descartado una posible repetición de los comicios ante el caso de que no se alcance ningún acuerdo. Para Moreno esto no sería lo deseable y pide a los ciudadanos una profunda reflexión.
Tienen varias opciones. Dar una mayoría suficiente a un Gobierno de centro liberal como representa el PP en Andalucía, un Frankenstein siguiendo el modelo Sánchez, o propiciar que los populares tengamos que llegar a acuerdos que no deseamos porque no tenemos apoyos suficientes.
El líder popular sigue imponiéndose con una mayoría en los sondeos, que le otorgan entre 41 y 42 escaños, aunque aún necesitaría un mayor respaldo para los 55 diputados en los que se sitúa la mayoría absoluta. Detrás el PSOE-A estancado en los mismos 33 representantes que obtuvieron en 2018.
Aquí aparece Vox como posible socio para favorecer que Moreno vuelva a ser presidente de la Junta, ya que el actual socio de Ciudadanos no conseguiría ningún representante según las encuestas. Sobre el partido de Santiago Abascal, Moreno expresa su respeto, por ser un partido constitucionalista, pero sobre el que existen unas 'líneas rojas' que no traspasaría en ningún caso, que serían aquellas exigencias que atenten contra el Estatuto de Autonomía de Andalucía.
Mientras Sánchez y Espadas tratan de atemorizar al electorado
La precampaña electoral del PSOE está siendo más de Ferraz que de la federación andaluza. El secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asume el control y los mítines en el sur. Desde aquí tratan de imprimir el miedo entre los ciudadanos, propio de otras campañas, lanzando mensajes sobre la llegada de la "ultraderecha" y el recorte de derechos.
En cambio su propuesta para mejorar la región van en dirección contraria a lo vivido estos casi cuatro últimos años en Andalucía y una de ellas es que los ciudadanos vuelvan a pagar el impuesto de Sucesiones y Donaciones que eliminó el gobierno de Moreno, entre sus tres bajadas consecutivas de impuestos en la región.
También han usado el feminismo como arma arrojadiza y Sánchez afirma que el PP y Vox tratan de "ideologizar" la igualdad para barrer votos entre las mujeres, justo cuando su Gobierno en España ha sido el que ha hecho un mayor uso partidista de este asunto, junto a su socio de Podemos. También entre sus propuestas es implantar formación afectiva-sexual para niños de entre cero y tres años.
Pero al PSOE de Sánchez y su candidato ensalzado ante la falta de confianza de los ciudadanos le contestan no sólo desde el PP, el coordinador regional de Cs, Juan Marín, les avisa que "Andalucía ha dejado de ser su cortijo" y ahora es la comunidad que más crece, tras haber soltado el lastre de casi cuarenta años de socialismo y corrupción.