Encaramados al árbol para impedir la tala del ficus de la discordia en Sevilla
Dos vecinos de Triana se han subido al ejemplar centenario para evitar que sea talado, debido a los daños causados tanto a personas como a la propia iglesia de San Jacinto, que es su titular
No sólo los edificios, iglesias o esculturas se convierten en monumentos de un lugar, también los árboles que echan raíces en las ciudades y acompañan al desarrollo urbano durante décadas se conforman como símbolos para los ciudadanos. Es el caso del ficus centenario que se emplaza en San Jacinto, en el conocido barrio sevillano de Triana, y que en la jornada del miércoles nos recuerda imágenes vividas como la de Tita Cervera encadenada a los árboles del Paseo del Prado.
En este caso los protagonistas son dos vecinos y miembros de la plataforma "En defensa del ficus de San Jacinto", Inés M. y Javier R., que se han subido al ficus propiedad de la parroquia para "parar" lo que califican como un "atentado inadmisible" que es su tala. A seis metros de altura, han señalado que el árbol sigue vivo y que es "incomprensible" que ocurra esto en una ciudad tan calurosa y con falta de árboles como Sevilla. "Estaremos aquí hasta que nos echen", señalan en un vídeo difundido por ellos y en el que defienden que esta acción de protesta "pacífica" es "la única forma de reivindicar" que no se tale este ejemplar centenario.
Desde primera hora de la mañana, varias decenas de activistas y vecinos se han concentrado a las puertas del recinto parroquial ante la presencia de agentes de la policía, para exigir que no acabe con el ejemplar que fue plantado en 1913 y que ha sufrido en los últimos días una fuerte poda como trabajos previos para talarlo.
La plataforma lamenta que "se le acusa de peligroso por falta de los cuidados adecuados para su conservación". Igualmente, afea a la iglesia y al Ayuntamiento de Sevilla que no quieran "hacerse cargo económicamente de mantener este árbol monumental" y reclama que "se paralice" la tala "hasta contar con estudios científicos de profesionales del arbolado independientes que completen la información antes de tomar la decisión de matarlo".
Ha causado graves daños personales y patrimoniales
Lo cierto es que el árbol ha sido el causante de fuertes daños, uno de los mas graves al desprenderse una rama que casi mata una vendedora de la ONCE y que desde entonces sufre importantes lesiones. También ha ocasionado daños materiales a la propia iglesia de San Jacinto, desprendiendo parte de la fachada del templo.
Por ello, el párroco de la iglesia, Javier Rodríguez, ha confirmado que "sintiéndolo en el alma, hay que tomar una decisión drástica", justificando la tala del ejemplar en que "lo más importante es la seguridad de las personas y del templo". Los gastos derivados de la tala y los trabajos previos a la misma corren a cargo de la parroquia, costes que "van a ser cuantiosos" y que serán detallados en las próximas semanas por Rodríguez para que "se sepa" cuál es la situación y los "males" que "está causando" el ficus.
El cura ha recordado los informes propios y municipales que apuntan a la "necesidad de talar" el citado árbol, documentación que fue trasladada a la Comisión de Patrimonio Histórico de Sevilla para que comprobara cómo está afectando el ficus tanto al Bien de Interés Cultural (BIC) que constituye la Iglesia de San Jacinto "como a los viandantes".