La cala 'hippie' que resiste con su belleza a un nuevo caso de venta de drogas

La cala de San Pedro, situada dentro del parque natural del Cabo de Gata-Níjar, en Almería, es uno de esos lugares que ponen los turistas en su ruta vacacional atraídos por su arena fina y blanca y sus aguas cristalinas y turquesas. Una playa pequeña, de unos 250 metros de longitud, encajonada en una zona rocosa, perfecta para descansar y bucear, ya que sus fondos marinos presentan una rica flora y fauna.

Pero hay algo más allá de ser un bello enclave casi virgen. Durante décadas ha sido considerada como la 'playa hippie' de Almería, y no es para menos, pues en ella vive en la actualidad una comuna que llegó hace unos 40 años. Estos habitantes ocuparon los restos de construcciones antiguas y cuevas, algunas prácticamente encaramadas en el acantilado, y poco a poco ha ido creciendo el número de residentes, que se estima en unas 50 personas, sobre todo en verano donde se instalan en tiendas de campaña.

La vida aquí es previa a esta comuna y prueba de ello son los restos del castillo que todavía se eleva sobre el mar, pero para esta comuna quedarse ha sido posible gracias a que existe un manantial de agua que sigue abasteciendo a los habitantes.

La relación con los visitantes suele producirse para venderles artículos de artesanía o bebidas, ya que no existe ningún tipo de servicio o comercio en la cala, así que habrá que llevar todo aquello que vayamos a necesitar, teniendo además en cuenta que para acceder o se hace a pie por un sendero desde la playa de Las Negras o en barco en un recorrido de unos 15 minutos.

Un ambiente de lo más singular que llama la atención del que desembarca en San Pedro, donde además se suma que muchos de los visitantes practican eso de tomar el sol y bañarse 'como Dios les trajo al mundo', porque aunque no es nudista si es naturista.

La sombra pesa de nuevo sobre San Pedro

No cabe dudas que la cala de San Pedro es un paraíso natural y todo un reclamo turístico. Pero también pesa sobre ella la mancha de la venta de drogas, que se repite tras la actuación efectuada este mes por agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en colaboración con la Unidad de Policía Nacional, que han desmantelado un chiringuito ilegal.

Una operación en la que han detenido a una persona imputada por un presunto delito contra la salud pública tras encontrar en el lugar distintas cantidades de marihuana y hachís presuntamente destinadas a la venta. El negocio fue desmantelado tras las numerosas denuncias realizadas por colectivos ecologistas y asociaciones conservacionistas del parque natural, quienes habían advertido de la "reactivación" del chiringuito ilegal sobre el que pesa una resolución administrativa de cese de actividad y demolición de la infraestructura, dictaminada por la Dirección General de Costas.

Chiringuito ilegal desmantelado.

En las instalaciones se encontraron también tres arcones de grandes dimensiones con hielo, productos cárnicos y numerosas latas de cerveza y refresco, así como diversas botellas de bebidas de alta graduación alcohólica.

Además, en la inspección también se encontraron unos 250 gramos de cogollos de marihuana y una pequeña cantidad de hachís, distribuidos en diferentes envases para su comercialización o venta, así como unos 400 euros en billetes y monedas de diverso valor, lo cual "es indicio de que estaba destinada para su venta en el lugar y no para autoconsumo". Asimismo, se intervinieron tres armas blancas, dos teléfonos móviles con cargador de placas solares y diversa documentación.