Los dirigentes del PSOE tenían mejores planes que rememorar el 82
Al final el gran aniversario se ha deslucido por las muchas ausencias: Guerra enfadado, Zapatero en Brasil donde su presencia es 'vital' y Chaves y Griñán lejos de cualquier foco.
Felipe González y Alfonso Guerra eran los protagonistas de esa famosa fotografía en la que con manos unidas y alzadas celebraban en el balcón del hotel Palace de Madrid la victoria del PSOE en 1982. Este sábado no han podido repetir la imagen 40 años después pero en Sevilla, donde han conmemorado ese momento histórico para el partido.
Nada más salir al atril, con la juventud de fondo y un público tan canoso como el propio expresidente del Gobierno en la grada, ha echado de menos a su compañero Guerra, alimentando la polémica sobre la invitación o ausencia de ella para el exvicepresidente. Y es que se han quedado prácticamente 'solos' en la capital andaluza y no ha sido únicamente por Guerra, sino que ningún barón socialista ha acudido a la cita.
De modo que la gran fiesta se ha quedado en guateque sevillano, porque lo que sí ha habido es mucha música, tanta que casi durante una hora un grupo en directo ha versionado temas de los ochenta y noventa para calentar la grada y para despedirla. Y los dirigentes que han estado en el escenario y en la primera fila los mínimos y los más conocidos por el público sevillano. El alcalde de la ciudad, Antonio Muñoz; el secretario del PSOE-A, Juan Espadas; la vicepresidencia del partido también sevillana, María Jesús Montero; y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, esta última madrileña.
Los cuatro han contado como vivieron aquella noche electoral: Muñoz bailaba canciones de Alaska, Espadas no podía aún votar porque era menor de edad, Montero comenta que en aquel momento estaba en los movimientos cristianos y Narbona pensaba en poder alcanzar la igualdad.
Pero antes de ellos, que han intervenido pocos minutos, el primero en dirigirse a los asistentes ha sido desde la distancia, con un mensaje grabado, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que ha destacado los logros de González que sirven a día de hoy de "hamaca" del actual gobierno de Sánchez, para a continuación disculparse por su ausencia justificándola en lo trascendental de su presentación en el seguimiento de las elecciones brasileñas junto al candidato Lula da Silva.
El PSOE quiere invisibilizar la corrupción
Y en el lado del público pocos exdirigentes más allá de los expresidentes andaluces José Rodríguez de la Borbolla y Susana Díaz, porque los otros dos: Manuel Chaves y José Antonio Griñán no han aparecido por la fiesta, que podía empañarse aún más con el recuerdo mucho más cercano de sus condenas por corrupción delante de la militancia, ya bastante decepcionada con el PSOE andaluz.
La expresidenta de la Junta, Susana Díaz.
Así han tratado de salvar la memoria socialista, echándole ánimo y valor después de los desastrosos resultados electorales del pasado 19 de junio que dieron la mayoría absoluta al PP de Juanma Moreno, para preparar un año electoral con municipales y generales en su antiguo feudo del sur de España.
Pero entre las visiones tan distantes de los históricos del PSOE con los de Pedro Sánchez que conecta poco con los afiliados como los que este sábado estaban en Sevilla y el imparable diluvio de casos de corrupción como los ERE, Isofotón o Fitonovo que señalan al PSOE andaluz, van a tener difícil rescatar el voto perdido de sus afiliados y parece que en la próxima cita con las urnas todo el territorio se volverá a teñir del azul de los 'populares'.