El cambio del tratamiento de Griñán fuerza la revisión de su ingreso en prisión
El expresidente andaluz condenado por los ERE ha concluido sus sesiones de radioterapia y ahora sólo necesitaría tratamiento de fármacos y rehabilitación, que podría recibir en la cárcel.
La situación del expresidente socialista de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, en referencia a su estado de salud, ha cambiado y también podría hacerlo en cuanto a su actual situación de libertad, a pesar de la condena a seis años de prisión por el caso de corrupción de los ERE que pesa sobre él y que debido al cáncer que padece se ha paralizado.
Ahora la Audiencia de Sevilla ha emitido una nueva providencia, en la que da cuenta de que de la nueva documentación aportada por la defensa de Griñán, se desprende que "ha concluido las sesiones de radioterapia" previstas por el cáncer de próstata que alega para reclamar la suspensión de su pena de cárcel; ordenando un nuevo informe forense que determine si el tratamiento farmacológico y de rehabilitación que le queda "es compatible con el ingreso en prisión".
Así figura en esta nueva providencia de fecha 2 de mayo, difundida por la Oficina de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que sigue a la petición de dicha instancia a la defensa de Griñán para que aportase "todos los informes médicos de los que disponga a fin de proceder a un nuevo reconocimiento médico por parte del Instituto de Medicina Legal (IML)", siempre para resolver si el expresidente puede ser tratado en prisión.
Después de conocer la documentación aportada por la representación de Griñán, según la Audiencia de Sevilla, "se desprende que ha concluido el tratamiento de radioterapia", que motivó el aplazamiento de su entrada en la cárcel y ahora "el plan de actuación consiste tan sólo en tratamiento farmacológico y ejercicios rehabilitadores". Una información que traslada al Instituto de Medicina Legal, para que el mismo, "a la mayor brevedad posible", informe sobre si "el tratamiento que se prescribe es compatible con el ingreso en prisión, a efectos de resolver sobre la suspensión" de la pena de cárcel solicitada por el expresidente andaluz por el cáncer de próstata que padece.
El antecedente de Barberá pone contra las cuerdas a Griñán
El expresidente socialista podría ahora seguir los pasos de otro de los condenados en el mismo caso, el exviceconsejero socialista de Empleo Agustín Barberá, condenado a siete años, que este pasado mes de abril ingresaba en la prisión de Puerto III de El Puerto de Santa María (Cádiz) para cumplir la pena impuesta, después de que la misma rechazase finalmente su petición de suspender su pena ante la enfermedad muy grave con padecimientos incurables alegada por el mismo, habilitando un plazo de diez días naturales para su ingreso voluntario en prisión.
La Sección Primera de la Audiencia de Sevilla, más al detalle, admitía que es "cierto" que el exviceconsejero Barberá "padece una enfermedad grave incurable", pero según el tribunal, el tratamiento prescrito al mismo "puede ser dispensado" en el centro penitenciario "con las revisiones hospitalarias a que deba ser sometido".