El sector de la fresa acorrala a Ribera que se ve obligada a recular
La ministra ha pasado de difundir el boicot a la fresa de Huelva a tener que reconocer la legalidad de los cultivos en el entorno de Doñana, porque los afectados desmontan su estrategia.
La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha tenido que rebajar la intensidad de sus durísimos ataques al sector productor de fresas y frutos rojos en España. Tanto ella como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se han pasado de frenada y toca calmar los ánimos, después de dar pábulo a la campaña de una asociación de consumidores alemanas para vetar estas frutas en los supermecados alemanes, responsabilizando a estos agricultores de secar el Parque Nacional de Doñana.
Querían atacar al Ejecutivo andaluz de Juanma Moreno (PP) y todo se les ha vuelto en contra al poner en duda la legalidad de la producción en Huelva. La delegación de diputados alemanes que llegaban para vigilar el uso del agua en los cultivos del entorno de Doñana ha efectuado una visita fugaz al ministerio de Ribera y ha rechazado viajar a Andalucía porque estamos en proceso electoral. Parece que algo les 'olía mal' a cerca de los intereses de los socialistas y han puesto tierra de por medio.
Los representantes del sector se lanzan 'al cuello' de la ministra. Interfresa defiende las prácticas de sostenibilidad que se aplican en el riego de estos frutos, la asociación de agricultores Asaja pide la dimisión de Ribera por difundir la campaña de desprestigio alemana y las cadenas de supermecados no se suman tampoco al boicot a la fresa onubense defendiendo su legalidad y sostenibilidad.
Ribera ahora defiende la legalidad de los regantes
Con todos en contra no le ha quedado otra opción que recular y salir del paso. Ribera cambia la difusión de la campaña contra las 'fresas de la sequía" y tratar a los agricultores casi como 'ladrones de agua' de Doñana, a afirmar que la producción de frutos rojos españoles que salen a otros mercados se desarrolla con "el compromiso, la legalidad y la corrección" necesarios.
"Hoy no se colocan en el mercado productos que no cuenten con todos los avales de garantía ambiental", ha subrayado Ribera, que ha explicado que hay "un montón de regantes y de agricultores que cumplen a rajatabla con una legislación enormemente exigente" y ahora se están viendo afectados por una crisis reputacional. La crisis que el propio Gobierno de España ha impulsado por intereses electorales y que se le va desmontando.
Con respecto de los parlamentarios alemanes, la ministra también escurre la polémica y después de atemorizar con el escándalo que ha despertado en Europa el asunto, ahora afirma que se alegra que no hayan viajado a Andalucía para que no hagan "interpretaciones erróneas".
Así intenta salir del atolladero en el que se ha metido el Gobierno levantando en su contra a un sector prestigioso, que exporta a todo el mundo y del que dependen más de 250.000 empleos entre directos e indirectos.