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La histórica del PSOE que insultó a Bendodo se burla e insiste: "Es un nazi"

Amparo Rubiales ha dimitido como presidenta del PSOE de Sevilla tras las críticas internas, pero insiste en su exabrupto y en la banalización del nazismo. Feijóo la ha censurado en un tuit.

La presidenta del PSOE de Sevilla, Amparo Rubiales, en una imagen de archivo

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Mr. Meme

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La presidenta del PSOE de Sevilla, Amparo Rubiales, no da ni medio paso atrás en sus graves insultos al coordinador general del PP, Elías Bendodo. Si el miércoles le llamo “judío nazi”, lo que le valió un aluvión de críticas, este jueves ha lanzado un tuit en el que se ratifica en el insulto después de burlarse de todos los que le han afeado la conducta.

“Jamás debe usarse la religión, origen o etnia de alguien para la crítica política aunque, como en mi caso, la intención fuese señalar una grave incoherencia. Mis disculpas y corrijo: Bendodo es un nazi”, afirma en un tuit que, a modo de burla, comienza como una disculpa y acaba en el insulto reiterado.

Llamar nazi a un judío es el colmo de la desfachatez de esta política de amplia trayectoria, una de las últimas supervivientes del felipismo, que sin embargo ha seguido la deriva radical del PSOE y a sus 77 años se ha reconvertido al sanchismo como una de sus más fieles adoratrices.

Las connotaciones históricas del nazismo

Pero más allá del insulto personal a Bendodo, lo que más molesta es la absoluta banalización de un episodio históricamente tan grave como el nazismo, solo comparable en brutalidad y oprobio al comunismo. Si todo el mundo es nazi, nadie lo es o no tiene importancia serlo. Es preocupante y peligroso.

Llamar nazi a alguien implica encuadrarlo dentro de una ideología nefasta que abogaba por la superioridad de una raza sobre las demás y el exterminio planificado de los inferiores. Esas ideas, como todo el mundo sabe, condujeron a la creación de campos de concentración, asesinatos masivos, hornos crematorios, etc, etc.

Lo que más molesta es la absoluta banalización de un episodio históricamente tan grave como el nazismo, solo comparable en brutalidad y oprobio al comunismo. Si todo el mundo es nazi, nadie lo es o no tiene importancia serlo

Además, un nazi cree, desde el punto de vista económico, en el intervencionismo estatal de la economía: el Estado no es el dueño de las empresas, pero sí planifica la producción hasta el detalle, matando así la economía de mercado. Como el propio Hitler mantenía, el poder Ejecutivo debe tener el poder para regular el uso de la propiedad privada en aras del interés y el beneficio de la nación.

ES decir, cuando Amparo Rubiales llama nazi a Bendodo le está llamando exterminador, antisemita, supremacista y además le acusa de no creer en la libre economía de mercado. Todo eso en un tuit. La alternativa es que no tenga ni idea de lo que está diciendo o que utilice el insulto “nazi” como podría usar el de “gilipollas” o el de “cretino”. Eso implica ignorancia, desprecio por la historia y banalización del sufrimiento además de mucha maldad o mala leche.

Rubiales dimite como presidenta del PSOE de Sevilla

La polémica ha ido cobrando fuerza con el paso de las horas. Rubiales se ha tenido que enfrentar incluso a las críticas de su propia formación en Sevilla que le instaban a retractarse. Pero lejos de hacerlo ha decidido dimitir de su puesto honorífico de presidenta del PSOE de Sevilla -eso aseguran en el partido- y mantener su insulto colgado en la red social.

Desde el PP ha reaccionado su presidente, Alberto Núñez Feijóo, quien va más allá de la dimisión de Rubiales y pide al PSOE que la expulse:

Como dice el presidente del PP es “es inaudito que esta persona siga en el PSOE”. Nadie hasta el momento de la dirección nacional la ha desautorizado. Probablemente nadie lo hará, aunque luego se queje Pedro Sánchez de que van a por él con insultos y descalificaciones.

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