El mural más grande de Europa: un trampantojo para reparar un atentado visual
En Almuñecar se contemplarán pronto nuevas vistas gracias a la creatividad de un artista sobre unas moles de hormigón y las ganas de apostar por la sostenibilidad de una promotora francesa.
Imagenes cedidas del mural de Almuñecar.
El boom de la construcción urbanística de los años 70 dejó diseminado por el litoral andaluz numerosos edficios que impactan por su altura o por su cercanía al mar. Atentados ecológicos y visuales que ahora coinciden escasamente con la concepción actual sobre el urbanismo, por lo que surgen iniciativas para 'reparar' ese impacto.
Es el caso de la localidad granadina de Almuñecar, donde han decidido transformar tres grandes edificios, ubicados en la playa de Velilla, para que a través de ellos se vea el mar. Un objetivo para recuperar 'las vistas' que han logrado sin obras, pero con mucha pintura, ya que en los imponentes inmuebles de doce plantas se dan los últimos brochazos al mural más grande de Europa.
Se trata de un "trampantojo" que convierte, con un juego de perspectivas, las fachadas en una auténtica marina, en la que pasean una mujer y su perro, obra del artista José Fernández Ríos que ha logrado dar la sensación de transparencia a las moles de hormigón. El proyecto surgió desde la promotora francesa Les Rivages que quería apostar por la sostenibilidad y dar una visión más agradable a sus clientes. Así que el próximo mes de julio, Almuñecar estrena vistas para los vecinos y turistas con este mural de 7.000 metros cuadrados.
El propio autor, que cuenta con ayudantes para el encargo, ha explicado que el objetivo de esta obra es dibujar un "trampantojo" en el que "las vistas desde la montaña sean transparentes". “Hemos encajado la línea de la playa a través de los edificios”, cuenta el pintor José que usa la visión tridimensional para fundir el mar con las terrazas de los bloques, mientras que en la parte inferior de los inmuebles se llenan de vegetación con palmeras o arbustos.