La solución del alcalde de Sevilla que salva el ficus centenario de San Jacinto
La polémica que se desató en la capital hispalense hace un año a cuenta del árbol centenario de Triana, se resuelve con el acuerdo alcanzado por el regidor del PP que todos celebran.
El árbol centenario que se encuentra junto a la parroquia de San Jacinto, en el barrio sevillano de Triana, podrá seguir sumando cumpleaños. El gran ficus, que estuvo amenazado por una fuerte tala hace ahora un año, seguirá viviendo gracias al acuerdo alcanzado por el alcalde de la ciudad, José Luis Sanz (PP), que supone beneficios para los implicados: vecinos, parroquia, activistas y árbol.
El alcalde popular ha conseguido contentar a todos con un acuerdo por el que el Ayuntamiento se hace cargo del mantenimiento y conservación del ficus, que pertenece a la iglesia, y como contraprestación la parroquia cede el uso del jardín de entrada al templo a la ciudad, con lo que todos los sevillanos dispondrán de un nuevo espacio público para su uso y disfrute.
Los activistas de la plataforma en Defensa del ficus centenario de la parroquia de San Jacinto, que se movilizó para impedir la tala del emblemático árbol, ha trasladado este miércoles su apoyo al acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento hispalense, en a penas dos meses desde que Sanz ha asumido la alcaldía. Con esta fórmula el árbol dejará de ser una amenaza para los peatones por el desprendimiento de sus ramas por falta de cuidado y seguirá dando sombra en este emblemático espacio.
El árbol "se salva" de la desidia socialista
Sanz ha manifestado que el objeto del mencionado convenio es "dar una respuesta eficaz a un problema que los gobiernos socialistas de Juan Espadas y Antonio Muñoz fueron incapaces de solucionar" y apunta a la colaboración público-privada para resolver muchos de los problemas de Sevilla.
Así que después de esta decisión "el árbol se va a salvar", celebran desde la plataforma, que recuerda que con el mantenimiento necesario el ficus se podrá recomponer de los daños producidos en la tala de 2022, que "redujo en dos tercios el tamaño del árbol" y que quedó suspendida provisionalmente al impugnar los ecologistas por vía judicial la licencia concedida por el Ayuntamiento a la parroquia tras solicitarlo la misma.