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España saca las uñas ante Reino Unido por la soberanía de las aguas en Gibraltar

El ministro de Exteriores pasa a la acción después de graves incidentes en aguas del Estrecho y, aunque llega tarde, ha trasladado la protesta a Reino Unido, avivando la histórica disputa

Imagen del Peñón de Gibraltar.

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El conflicto internacional entre España y Reino Unido por la soberanía de las aguas del Estrecho de Gibraltar se ha acentuado este verano, después de varios incidentes por la presencia de embarcaciones españolas y la respuesta de las autoridades gibraltareñas.

Aunque se trata de un problema histórico entre ambos países, por las diversas interpretaciones que hacen unos y otros de los acuerdos entre naciones y con la ONU, los últimos acontecimientos han avivado la tensión y este miércoles toma la iniciativa, en este tira y afloja, el Gobierno de España para defender los intereses nacionales.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares, ha trasladado a Reino Unido su "enérgica protesta" por la "injustificable" presencia de buques británicos en aguas españolas en torno a Gibraltar y los tres "graves incidentes" ocurridos en relación con estos durante el mes de agosto. El ministro no ha citado el último, acontecido este lunes y denunciado por Gibraltar sobre la navegación de un buque de la Armada española.

Los tres incidentes que colman la 'paciencia' de España

El primero de los tres incidentes concretos que ha nombrado Albares ocurridos en aguas de soberanía española, según considera el titular de Exteriores, tuvo lugar el 1 de julio y está relacionado con el vertido de combustible realizado por un metanero mientras repostaba de otro buque mediante el llamado 'bunkering'.

El segundo se produjo el 14 de agosto, cuando una embarcación del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) vio entorpecida su labor por tres embarcaciones británicas cuando perseguía a un buque auxiliar de Gibraltar que interceptó en aguas españolas.

El último de ellos, tuvo lugar el 21 de agosto, cuando un pesquero español fue hostigado también en aguas próximas a Gibraltar de soberanía española. Precisamente por este suceso el alcalde de Gibraltar y senador del PP, José Ignacio Landaluce, y la Junta de Andalucía habían pedido a Exteriores que interviniera ante este suceso.

Además de exponer los incidentes, Exteriores reafirma, respecto a las aguas adyacentes al Peñón, que solo se reconoce lo estipulado por el Tratado de Utrecht de 1713 por el que España cedió Gibraltar a Reino Unido, y deja claro que no tolerará una política de hechos consumados sobre esta cuestión.

Visiones contrarias sobre la soberanía

Tanto el gobierno español como el de Gibraltar se agarran para defender la soberanía sobre las estratégicas aguas del Estrecho al Tratado de Utrecht de 1713 en el que se recoge que la Corona española cedió a Gran Bretaña “la ciudad y castillo de Gibraltar juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen”.

Así queda reflejado y el argumento de España es que no cedió el istmo, ni las aguas adyacentes, ni el espacio aéreo suprayacente, que son espacios de soberanía española. Pero han pasado siglos, tanto que en aquel momento no existía eso del tráfico aéreo ni se pusieron fronteras al mar. Además, desde aquel acuerdo se sucedieron negociaciones tardías y poco fructíferas para España.

Por su parte, Gibraltar defiende su soberanía marítima (de tres millas náuticas) a través de su primer ministro Fabián Picardo, al considerar que lo ampara el mismo Tratado (en el que no se contemplaron, pero tampoco se excluyeron las aguas), y a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que estipula que "ningún territorio puede tener una costa seca", lo que significa que la soberanía no puede terminar en la línea de costa y debe extenderse a las aguas circundantes".

Ciudadanos de Gibraltar celebraron la coronación del Rey Carlos de Inglaterra.

Una pelea de puertas hacia fuera

Mientras las autoridades se pelean, en la colonia británica están acostumbrados a que se desaten crisis institucionales sobre la soberanía del Peñón. Pero cabe recordar que ya se pronunciaron sus ciudadanos, allá por el 1967, cuando por primera vez se enfrentaron a un referendum en el que se mostraron partidarios de manera rotunda de permanecer en el Reino Unido, al tiempo que rechazaron la intención del franquismo de recuperar la soberanía sobre el Peñón.

Más recientemente, en 2002, ratificaron aquella decisión y volvieron a expresar su deseo de seguir siendo colonia británica, en otra consulta en la que se preguntó a la población sobre la posibilidad de una soberanía compartida que rechazaron mayoritariamente.

Gibraltar es un territorio próspero por su ubicación estratégica y convive con sus vecinos andaluces que con la misma situación en el mapa no gozan de una economía tan saneada. De hecho el Peñón es el lugar al que se desplazan numerosos ciudadanos de las localidades gaditanas fronterizas cada dia para trabajar. También es un atractivo para empresas y grandes capitales que encuentran aquí ventajas fiscales frente al territorio español.