El Cascamorras: la fiesta andaluza 'más sucia' en la que acabarás pringando
Las localidades de Baza y Guadix se preparan para la celebración de su fiesta más 'gamberra' y cargada de tradición. La Carrera del Cascamorras será el mejor plan de septiembre en Andalucía.
En Andalucía tienen lugar algunos de las fiestas más singulares del país y del mundo, sin duda, una de ellas es la tradicional Carrera del Cascamorras que se desarrolla en las localidades granadinas de Baza y Guadix, donde nadie es indiferente al discurrir del festejo. Conocer esta fiesta, de Interés Turístico Internacional, supone todo un desafío, puesto que está garantizado acabar completamente embadurnado de pintura negra.
Un plan poco elegante, pero con grandes dosis de diversión, en la que miles de personas rememoran una tradición que tiene su origen en 1490, en la que los vecinos de las dos localidades vecinas se disputan la posesión de la imagen de la Virgen de la Piedad.
Para vivir el Cascamorras de manera auténtica hay que convertirse en batestano o accitano estos días de celebración, el 6 y el 9 de septiembre, y correr detrás de este personaje para impedir que consiga su objetivo.
El origen de la Carrera del Cascamorras
Según cuenta la tradición, el origen de la Carrera del Cascamorras se encuentra en la figura de Juan Pedernal, un obrero de Guadix que estaba trabajando en la construcción de una iglesia en el término municipal de Baza y que, al dar un golpe en el desarrollo de su labor, encontró la imagen mariana que desde entonces se conoce como Virgen de la Piedad.
Este hallazgo motivó un pequeño conflicto, porque su artífice consideraba, al ser él de Guadix, que la imagen debía llevarse a su ciudad. Mientras que había quienes alegaban que, al haberse encontrado en Baza, debía de permanecer allí. El asunto tuvo que resolverse en los tribunales y finalmente se determinó que la imagen se quedaría en Baza, pero que podría llevarse a Guadix si un emisario fuese capaz de llegar hasta el templo de La Merced sin mancharse.
Impregnarse de la fiesta
Desde entonces un emisario accitano vestido como un bufón o arlequín, el Cascamorras, intenta en vano cada 6 de septiembre recuperar la imagen, porque nunca es posible llegar sin pintar desde las afueras de Baza al templo de la Merced. Por eso es también recibido por sus paisanos con pintura y agua a modo de represalia a su regreso a Guadix el día 9 de septiembre.
Así que la forma de disfrutar al máximo es ponerse ropa a la que no le tengamos ningún cariño porque acabará inservible, completamente llena de suciedad, al igual que el resto del cuerpo. La pintura que utilizan estos granadinos es aceite quemado que tiñe de negro a los asistentes, así que hay que estar preparado para mancharse y aplicar el truco de estos granadinos que es echarse aceite de oliva en la piel antes para que no se quede impregnado.
En estos pueblos de Granada ya está todo listo para sumergirse en una de sus tradiciones más antiguas, que persigue convertirse en Patrimonio Mundial de la Unesco y es todo un reclamo turístico en Andalucía.