Manu Sánchez da una lección sobre la vida y la muerte tras afrontar un cáncer
El humorista ha hecho una reflexión sobre lo que ha supuesto afrontar el cáncer y cómo ha repercutido en su forma de ver la vida. La lección dura cuatro minutos, te reirás, y es impagable.
El humorista y presentador de televisión Manu Sánchez.
Las personas que han sufrido un cáncer o una enfermedad que los ha puesto al límite de la muerte miran la vida de otra manera. No hay tiempo que perder, cada minuto es valioso y hay que aprovecharlo al máximo, es la lección que aprendemos si pasamos por un trance así.
Es lo que le ha ocurrido al presentador y humorista Manu Sánchez, que, tras un duro proceso luchando contra un cáncer, ha hecho una reflexión en los micrófonos de la cadena SER con la que no deja indiferente a nadie y deja una poderosa enseñanza al público.
Ante la pregunta de un periodista sobre: "¿Que has aprendido?" después de este proceso, Sánchez contesta con rotundidad: "Lo más duro aceptar mi propia muerte. Esto es el gran ejercicio, la gran pirueta psicológica". Para el presentador, el cáncer le ha demostrado que "esto se puede acabar en cualquier momento" y, con el sentido del humor cargado de acidez que lo caracteriza, hace una divertida comparación con la que cualquiera se puede sentir identificado.
"Entregamos el examen"
Para Manu Sánchez la vida que nos planteamos es como un examen, para el que creemos que tenemos tiempo más que suficiente para responderlo (hasta los 80 años aproximadamente), pero de repente se escucha esa voz que dice: "entregamos" y sólo vas por la segunda pregunta.
Con este símil Sánchez demuestra que es ridículo hacer planes a largo plazo o dejar pendiente cosas que queremos hacer para más tarde, porque ese plazo puede no existir. El humorista se siente más fuerte y asegura que todo le "importa un poco menos".
Pero también le ha llevado a plantearse situaciones, que aborda con humor, como que su pareja tuviera que rehacer su vida con otra persona o llegar a ser dependiente tras la intervención que ha sufrido. Sin embargo, el presentador envía un mensaje de optimismo y se puede aprender a andar o comer de nuevo, pero lo que no se puede es realizar esos planes que teníamos pensados, porque cuando se escucha la voz de "entregamos" se te va a "quedar una cara de tonto".
