Los ladrones cambian de objetivo en el campo: de la aceituna al aguacate
Los asaltos en el campo se disparan en Málaga, donde se cultiva esta fruta tropical que tiene un elevado valor en el mercado, y los daños van mucho más allá de las pérdidas económicas.
Durante estos dos últimos meses en ESdiario nos hemos hecho eco de numerosos robos en el campo andaluz, la mayoría de ellos en las provincias de Córdoba y Sevilla, coincidiendo con la campaña de recogida de la aceituna y su elevado precio de venta.
Pero no es único cultivo que se convierte en objetivo para los ladrones, que ahora se trasladan a la provincia de Málaga en busca de aguacates. Una fruta tropical que crece de manera óptima gracias al bondadoso clima de la costa malagueña y granadina y que también tiene un precio alto en el mercado.
Ha sido la asociación de agricultores Asaja Málaga quien ha advertido de que con el inicio de la campaña de aguacates "ha vuelto a producirse, en numerosas explotaciones agrícolas de la Axarquía (comarca de Málaga), gran cantidad de robos de este fruto tropical".
Competencia desleal y mala imagen del producto
En un comunicado, Asaja Málaga ha explicado que han recibido "numerosas comunicaciones" de agricultores advirtiendo de estos robos y han añadido que "esta fruta robada se vende a precios inferiores a los de mercado, lo que provoca una competencia desleal que crea graves perjuicios a todo el sector".
Según Asaja, "el problema se agudiza porque además los robos se centran en la variedad Hass, que hasta el mes de diciembre no alcanzará la madurez óptima y esa fruta no tiene validez comercial, provocando el rechazo del consumidor". La campaña comenzó en octubre con las variedades verdes, seguida del Hass a partir de diciembre y puede extenderse hasta mayo de 2024, fecha que puede variar según varios condicionantes climatológicos.
Control en el campo y los mercadillos
Desde el sector han reclamado "mayor control a pie de campo" y también han afirmado que "es estrictamente necesario que se vigile la posterior venta ilegal en carreteras, mercadillos y establecimientos".
"Para el agricultor se agudiza el problema económico, puesto que, como consecuencia de la sequía, la producción va a reducirse significativamente y los robos merman aún más los ingresos. El efecto que produce esta situación es dominó: el agricultor teme el robo del fruto y lo recoge antes de su punto óptimo. De esta forma, el producto final que llega al consumidor no lo hace de la manera más apropiada y mancha el trabajo del productor", han señalado.
Por otro lado, también Asaja Málaga ha pedido "sanciones ejemplares para los intermediarios que compran o subastan mercancía que se sabe que es robada y que no cumple las condiciones mínimas de madurez para su consumo".