Los secretos de los jardines de la Alhambra al descubierto
Conocemos a fondo uno de los jardines históricos mejor conservados con uno de los 'pintores de la Alhambra', porque así se conoce a los jardineros de este paraíso cuyo lienzo es la tierra.
Más de dos millones y medio de personas acuden cada año a Granada para contemplar uno de los lugares más bellos que ha creado a lo largo de los siglos el ser humano: el conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife. Un espacio inspirador, que fue concebido con una clara visión estética para el disfrute de los sultanes nazaríes, conjugando la mayor armonía en su arquitectura y su entorno, lo que ha dejado como herencia los 'sensuales' jardines de la Alhambra.
Jardines de la Alhambra y el Generalife. Fotografía Lucía Rivas (PAG).
Así que en ESdiario nos adentramos en ellos de la mano de uno de los jardineros que se encarga de mantener en su máximo esplendor las once hectáreas que conforman la zona exterior de los palacios, Gabriel López Illana, que nos descubre los secretos de sus cuidados, la evolución del mismo y las especies más emblemáticas de este recinto que admira y mima con auténtica pasión. A él y al equipo de 40 jardineros los conocen como los 'pintores de la Alhambra' y tiene una razón que pronto conocemos, pero antes, algunas informaciones para saber mirar a estos jardines.
Unos jardines privados y en evolución
Lo primero que hay que tener en cuenta, según explica este experto, es que están en continua evolución desde que fueron creados allá por el siglo XI. Palacios y jardines se diseñaron y construyeron bajo una visión conjunta e inseparable y por ello podemos encontrar desde los primitivos diseños de la época medieval hasta los renacentistas de la etapa en la que se edificó el palacio de Carlos V, con una vegetación y distribución muy diferente.
Jardines de la Alhambra y el Generalife. Fotografía Lucía Rivas (PAG).
Además habrá que trasladarse en el tiempo y pensar que fueron diseñados para disfrutarlos de manera privada y no multitudinaria como en la actualidad, así que la mayoría de estos paraísos de flores y plantas aromáticas estarían completamente reservados al tránsito de muy pocas personas.
El origen del jardín
Ni la Alhambra ni la vegetación que la conforma existiría si los árabes no hubiesen sido capaces de llevar el agua hasta la llamada colina de Sabika sobre la que se asienta el conjunto granadino. Sus avanzados conocimientos sobre arquitectura, matemáticas, astronomía, medicina, agricultura y, sobre todo, lo que ahora se llama ingeniería hidráulica permitieron crear un sistema de aljibes en la parte más elevada del cerro y una red de acequias aprovechando la pendiente para regar los jardines, huertos y fuentes que se distribuyen por todo el recinto.
Jardines de la Alhambra y el Generalife. Fotografía Lucía Rivas (PAG).
Un avance sin igual que permitió que la vida floreciese en este punto estratégico de la ciudad hasta nuestros días. Además tenían también un concepto avanzado de la utilización de los recursos ya que el agua sobrante de los palacios volvía al cauce del río Darro.
Así que no es de extrañar que cuando los Reyes Católicos tomaron Granada no sólo no destruyeran este emblema de sus enemigos sino que lo reforzaron pensando en un lugar de defensa y en un posible ataque. Así que reforzaron las murallas, reformaron sus estancias muy deterioradas tras el asedio y prestaron atención al sistema hídrico creando un gran aljibe, llamado del conde de Tendilla, para acumular agua que dejará de llegar al Darro a partir de ese momento.
Las plantas originarias
Pero nos vamos a centrar en este el valioso y extenso espacio con más de 40 jardines que aceleran los sentidos con los colores explosivos y los aromas dulces de las flores, a lo que se une el sonido continuo del agua de sus fuentes y estanques y los reflejos de la luz. Primero, cabe señalar que su catálogo florístico es amplio: está compuesto por 267 especies y 20 híbridos y de ellos aproximadamente un tercio se utilizaban en los jardines de época árabe, mientras que el resto son especies de introducción y uso posterior.
Aunque pesan los siglos en el origen de estas variedades, la mayoría de sus plantas son jóvenes y no encontraremos 'abuelos'. "No es muy antiguo", nos explica Gabriel, ya que está compuesto en su mayoría por arbustos y plantas bajas que no pueden vivir muchos años y los árboles son en su mayoría frutales, algunas palmeras y cipreses. De ahí que requiera de un arduo y acertado mantenimiento, ya que el clima de esta colina, muy frío en invierno y asfixiante en verano, no es apto para cualquier planta.
Plaza de los aljibes, PAG.
El trabajo fundamental consiste en conservar las especies autóctonas del emplazamiento de la Alhambra reproduciéndolas y recuperar aquellas que se perdieron. como el cidro, que es el antepasado del naranjo, o el arrayán morisco (myrtus communis) del que sólo quedaba un ejemplar y se ha conseguido reproducir ocupando un papel relevante en el monumento.
"Vamos a pintar un cuadro"
Así que el secreto de la belleza que transmite el espacio se debe fundamentalmente a que cada temporada, dos veces al año, actúan los 'pintores de la Alhambra' que no son otros que los jardineros encargados de llenar de plantas tapizantes cada cuadro de tierra, como si de un lienzo se tratara. Al respecto, Gabriel nos explica que ellos mismos preparan con tres meses de antelación el diseño con las variedades florales elegidas para cada ocasión y en base a la respuesta de los turistas y de las fotos que se hagan con el 'cuadro' saben si han logrado el éxito.
Y es que Gabriel y el resto del equipo están en un "examen" diario y el 'jurado' son las miles de personas que visitan cada día la Alhambra. Le preguntamos por los rincones 'verdes' más famosos d y su respuesta es de lo más singular, porque esperábamos escuchar el del Generalife, uno de los jardines islámicos más antiguos que se preserva en la actualidad, pero no que señalara el patio de los Leones con escasa vegetación, sólo cuatro naranjos. Y es que Gabriel López nos dirige hacia el verdadero sentido de la Alhambra: ver los edificios y los jardines como un todo, perfectamente planificado para sentir y disfrutar.
Así que reposadamente, como lo hacían los reyes nazaríes, contemplamos los nenúfares posados en los estanques, las rosaledas multicolor o el laberinto de cipreses que logra sus formas gracias a la técnica de cosido que llevan a cabo estos experimentados jardineros. Entre las curiosidades botánicas Gabriel nos señala un arbusto de gran porte, conocido como el árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica) que es toda una explosión de color cada verano cuando florece o un gran ciprés, considerado uno de los más altos del país.
Una nueva visión en su conservación
Los jardineros de la Alhambra han conseguido conservar estos jardines árabes, recopilando técnicas de cuidados que sólo se transmiten de forma oral y han investigado para mantener la esencia de este paraíso terrenal con un modelo respetuoso con el medioambiente. Desde hace años están inmersos en una batalla para combatir las plagas o virus sin usar químicos, sino a sus propios depredadores.
Durante la década de los ochenta la utilización de pesticidas y plaguicidas causó estragos en la fauna y en la flora, pero en la Alhambra el cambio de mentalidad y la inversión en investigación ha permitido prescindir de ellos para luchar contra pulgones, el picudo rojo, moscas o virus. Prueba de ello es la fauna que ha 'resucitado' en el monumento que son un buen medidor de la calidad del entorno como las ranas, las culebras o el gallipato de época árabe que desapareció en los 80 y ahora deambula por los jardines.
Curso organizado por el Patronato de la Alhambra y el Generalife.
Los jardineros de la Alhambra están difundiendo todos sus conocimientos a través de un curso organizado por el Patronato dependiente de la Junta que gestiona el monumento, que va dirigido por el momento a personal de la administración, pero la intención es que llegue a un público más amplio. Mientras tanto podemos contemplar como visitantes la Alhambra más verde y esperar a descubrir los cuadros que pintarán sus jardineros para sorprender con la mejor estampa de la Alhambra.