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Jaén, un paraíso interior que tiene playa y estrena 'bandera azul'

En pleno Parque Natural de la Sierra de Andújar, el embalse del Encinarejo es el plan familiar perfecto para darse un baño, practicar deportes acuáticos o avistar animales como el lince.

Playa del embalse de Andújar, Jaén.

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Andalucía es el destino perfecto cuando empiezan a subir las temperaturas y es fácil encontrar una bonita playa entre sus casi mil kilómetros de costa donde disfrutar del sol y el mar. Pero en el interior de la región también hay multitud de opciones para darse un baño y divertirse practicando deportes acuáticos, como la playa del embalse de Encinareno, en Andújar (Jaén), que además este año estrena distintivo de calidad y luce una de las 156 'bandera azules' que la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) ha otorgado a las playas andaluzas este año 2024.

El embalse forma parte del Parque Natural Sierra de Andújar, así que sin duda es el lugar perfecto para disfrutar de un día en familia, ya que es accesible por carretera y el área cuenta con pasarelas articuladas para personas con movilidad reducida, tiene socorrista en temporada de verano y no falta la arena para jugar con ella o tumbarse al sol. La calidad del agua es óptima y muchos aficionados a la pesca también practican en las zonas acotadas para ello. Las opciones no acaban aquí porque se puede alquilar un kayak o hacer senderismo.

Para disfrutar de este enclave tomaremos como dirección el área recreativa El Encinarejo-Río Jándula, situada en la carretera que une Andújar con Puertollano. Se accede a este paraje tras cruzar un puente de hierro sobre el río Jándula con más de un siglo de historia y tendremos por delante tres kilómetros de recorrido para elegir dónde preparar el picnic en cualquiera de las tres zonas de baño: Cala de Coscojal, Cala Norte y Río Jándula.

Embalse del Encinarejo. Fotografía Turismo Jaén en X.

El embalse forma parte de un enclave natural de gran valor ecológico para disfrutar con el máximo respeto, pues no es difícil observar el lince ibérico, ciervos, el águila imperial e incluso el buitre negro, al amparo del denso y diverso matorral mediterráneo con pinos y eucaliptos que se mezcla con la vegetación de ribera.