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Las piscinas naturales de Bolonia 'desaparecen' por el levante y las algas

Es una de las excursiones más buscadas en el litoral gaditano, pero de momento su estado es desolador por la ausencia de arena y la presencia de algas invasivas.

Las piscinas naturales de Bolonia sin arena y con algas (Tarifa, Cádiz).

Las piscinas naturales de Bolonia sin arena y con algas (Tarifa, Cádiz).M. Herreros

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Existe un rincón paradisiaco en la costa de Cádiz que supone todo un reclamo para los visitantes que cada año buscan cómo llegar hasta las famosas piscinas naturales de Bolonia. Están situadas a cuatro kilómetros de la playa del mismo nombre, en el término municipal de Tarifa, y para darse un baño en este precioso enclave solo es posible llegar andando o en bicicleta. 

Un paseo que siempre merece la pena, ya que discurre o por un sendero a través de un pinar o por la misma orilla del mar (salvo en algunos puntos dependiendo de las mareas). Sin embargo, justo en este momento la visita es decepcionante. Los temporales de levante han dejado las piscinas sin arena, por lo que toda la superficie está llena de rocas, lo que hace muy difícil transitarla.

El alga asiática invade las piscinas de Bolonia

Pero este no es el verdadero problema en las piscinas naturales de Bolonia, porque igual que los temporales de levante se llevan la arena, los de poniente repondrán de manera natural las playitas. Sin embargo, el mayor daño que sufre el entorno es la presencia masiva de algas que han ocupado todas las piscinas y en lugar del color turquesa de sus aguas presenta una imagen oscura y desoladora, con un manto negro sobre las rocas de pestilente olor.

Las piscinas de Bolonia sin arena y con algas.

Las piscinas de Bolonia sin arena y con algas.M. Herreros

Ya hemos hablado en este periódico en numerosas ocasiones de la grave amenaza que supone el alga asiática invasiva que ha colonizado el litoral gaditano en los últimos años, además de estar presente en otros puntos del litoral andaluz.

El rápido crecimiento del alga Rugulopteryx okamurae pone en peligro la fauna y la flora marina porque se convierte en una masa que no deja vivir a otras especies, así que sólo se puede acabar con ella retirándola por toneladas cuando se acumula en la costa. Sin embargo, en lugares de difícil acceso como las playas naturales no hay forma de eliminarla y de momento han echado a perder la excursión más bonita de este verano en Cádiz.

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