Montero convierte su intervención desde Cádiz en una auto caricatura

La última intervención de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se han producido desde Cádiz y pueden parecer un chiste con sólo repasar la hemeroteca más reciente con las declaraciones de la socialista.

Montero ha tenido por delante este viernes la misión de calmar los ánimos en Andalucía, donde los perjuicios que supondrá el cupo catalán centran el debate político. Así que la vicepresidenta no ha ido al barrio sevillano de Triana, donde le retaba este jueves el diputado del PP Juan Bravo a explicar el agravio, pero sí se ha desplazado hasta la ciudad gaditana para apagar el 'incendio'.

Desde aquí, Montero ha anunciado que "Andalucía va a tener una oferta muy importante de quita de la deuda", y "no entendería de ninguna de las maneras" que un presidente autonómico como el de la Junta, Juanma Moreno, la rechace. Una 'oferta irresistible', según la socialista, que el mismo Gobierno andaluz recientemente consideró negativo para el territorio, al premiar a los peores gestores que se endeudan, frente a aquellos que han llevado a cabo una gestión responsable, con bajo endeudamiento, como es el caso de la Junta.

Montero se autorretrata

Pero el momento que ha llamado verdaderamente la atención ha sido cuando Montero ha criticado que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, "dice un día una cosa, al otro día dice otra", mientras abordaba el tema de vivienda después de que su compañera Isabel Rodríguez haya amenazado con retirar los fondos a las comunidades que no apliquen la Ley de Vivienda del Gobierno de manera íntegra, incluyendo aquella normativa que no es de obligado cumplimiento. El reproche de la ministra sobre los cambios de opinión parecen no estar medidos y referirse a ella misma, que ha dejado claros ejemplos en los últimos tiempos.

La ministra ha repetido el mismo mantra contra Moreno, para justificar el castigo que dirige a Andalucía, y apunta a que está "dando regalos fiscales a los ricos, pidiendo más dinero al Gobierno de España y manifestando su incapacidad para ejercer sus competencias en la mejora de la sanidad o la educación".

Sin embargo la postura del Gobierno andaluz sigue siendo la misma y defiende sus competencias en materia fiscal para bajar impuestos que ha despertando las inversiones en el territorio y aumentado la recaudación, al mismo tiempo que no renuncia a reclamar igualdad y un sistema de financiación justo, ya que recibe 1.500 millones de euros anuales menos que la media de comunidades.