Picardo se muestra inflexible y responde al ultimátum de Albares sobre Gibraltar

Las negociaciones entre la Unión Europea, España y Reino Unido, siguen atascadas y sin encontrar un punto de acuerdo después de tres años de reuniones para resolver la situación de Gibraltar tras la salida de los británicos de la UE por el Brexit. Este miércoles el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, lanzaba un ultimátum a Londres para hacer firme el acuerdo antes del 10 de noviembre, advirtiendo de que si no lo hace antes de esa fecha entrarán en vigor los nuevos controles fronterizos del espacio Schengen.

El ministro se ha referido al nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES) del espacio Schengen y el nuevo Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS) que entrarán en vigor en el control de las fronteras del aeropuerto y la Verja. "En adelante habrá unas máquinas en las que habrá que situar el pasaporte para los residentes en Gibraltar cuando quieran acceder al espacio Schengen y eso lo podrán hacer durante periodos de 90 días dentro de cada 180 días".

Unas restricciones que afectará a los gibraltareños por no ser ciudadanos europeos. Este es el principal punto de desencuentro entre las partes implicadas y desde Gibraltar no están dispuestos a aceptar las condiciones que pone España y Europa, según ha trasladado el ministro principal de la colonia, Fabian Picardo.

Gibraltar no cede y lamenta los problemas si no hay acuerdo

Picardo ha respondido a las palabras del ministro Albares, que es España quien no tiene que insistir en que Londres y el Peñón asuman posiciones que no pueden aceptar y por contra avalar las "propuestas razonables" formuladas por ellos para la consecución de un acuerdo y evitar así los nuevos controles Schengen en la Verja.

"Gibraltar ha puesto sobre la mesa acuerdos de compromiso que respetan las posiciones históricas de todas las partes y garantizan la seguridad del espacio Schengen y la integridad del Mercado Único"Fabián Picardo, ministro principal de Gibraltar

Según el ministro principal, si España no acepta sus condiciones, condena a "todos a controles que harán más difícil la vida de los trabajadores y de la ciudadanía en general".

A juicio de Picardo, "sería una lástima" el que los tres gobiernos socialistas --en referencia al británico, el español y el suyo propio-- "no pueden llegar a un acuerdo" y por tanto fracasen "en su intento de lograr un tratado histórico que sería un ejemplo de progreso en un mundo atormentado por los conflictos".

Bruselas, en nombre de los Veintisiete, y Londres llevan negociando desde hace tres años el acuerdo en base al Acuerdo de Nochevieja alcanzado por España y Reino Unido el 31 de diciembre de 2020.