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Ruta por el sendero con los árboles más viejos de Europa: el Valle de los Tejos Milenarios

Descubrimos uno de los ecosistemas más valiosos y mejor conservados del continente en Andalucía, a través de un sendero fácil de recorrer en la Sierra de Cazorla y con una sorpresa botánica incluida.

Tejo del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, Jaén.JUNTA DE ANDALUCÍA

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Repartidos por toda Andalucía podemos encontrar espacios naturales únicos con una variedad asombrosa de ecosistemas, desde marismas a desiertos pasando por densos e impenetrables bosques. Así que la ruta que te proponemos desde Esdiario, perfecta para este otoño, discurre por una de estas joyas naturales: el Valle de los Tejos Milenarios.

Sólo con escuchar su nombre se despierta la curiosidad del senderista, que se encontrará en uno de los ecosistemas mejor conservados de la región y frente a un camino con los árboles más viejos de España y de Europa. Y es que estos 'ancianos' del bosque llevan 'viendo' a los caminantes pasar desde hace más de mil años

Para realizar esta ruta, asequible para toda la familia, nos desplazamos hasta las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, en la provincia de Jaén. Una tierra abrupta, de montañas y valles llenos de agua, y en ella, esta insignia de la flora del parque natural: el tejo. 

Dos lugares mágicos antes de adentrarnos en el bosque

El sendero es corto y fácil de recorrer, una caminata de media hora con una pequeña pendiente, pero antes tendremos que alcanzar rl punto de partida y eso requiere de más tiempo, ya que habrá que recorrer en coche un camino de tierra, en buen estado, que atraviesa la sierra. Para que la ruta sea perfecta partiremos del Puente de las Herrerías, en el término municipal de Quesada, sobre el que cuenta la leyenda que los caballeros de Isabel la Católica lo construyeron en una sola noche. Desde aquí seguimos por la pista forestal (en corre, en bici o a pie) en busca del nacimiento del río Guadalquivir, o de 'Río Grande' como lo llamaron los árabes.

Una interesante parada en la que bajaremos por unas escaleras de piedra hasta el agua y veremos una placa con un poema de los Hermanos Álvarez Quintero, que en su primera estrofa nos avanza lo que encontraremos en el camino: "¡Detente aquí, viajero! En estas peñas nace el que es y será rey de los ríos, entre pinos gigantes y bravíos, que arrullan su nacer y ásperas breñas...". Este se considera el nacimiento oficial del río, aunque el real se produce dentro del barranco de la Cañada de las Fuentes, donde convergen varios arroyos procedentes de las montañas cercanas.

Comienza la caminata para encontrar los tejos milenarios

Desde aquí continuamos la pista forestal y pocos minutos después encontraremos el desvío que nos lleva al majestuoso sendero de los Tejos Milenarios. Sólo con ver el paisaje nos daremos cuenta que estamos en un lugar especial, primitivo.

Sendero del Valle de los Tejos Milenarios.JUNTA DE ANDALUCÍA

El camino discurre por una zona umbría donde el pinar crece con fuerza y levanta sus copas a más de ocho metros de altura. Según caminamos, el bosque se irá cerrando poco a poco hasta encontrarnos a través de una senda con los 'gigantes' del bosque. Los tejos destacan entre el resto de la vegetación por su forma piramidal y sus más de veinte metros de altura

La gran sorpresa botánica: el tejo más grande de Europa

La excursión guarda una auténtica sorpresa para los amantes de la botánica, ya que entre los tejos que se reparten diseminados por el paisaje, habrá uno que llamará la atención. Es el más alto, tanto que duplica en tamaño a los demás. Se trata de un ejemplar de 2.000 años, el más viejo de toda Europa, cuyo portentoso tronco sale entre las rocas, ya que ha encontrado el mejor sitio para crecer sin cesar durante dos milenios.

Imagen del tejo de 2.000 años del Parque Natural.JUNTA DE ANDALUCÍA

Otra de las curiosidades de la ruta y de este árbol es que sólo en otoño y con mucha suerte, ya que lo hacen cada seis o siete años, se puede ver el fruto del tejo, que es la única parte del árbol que no es venenosa.