El abuelo de Marta del Castillo sigue en la lucha pero señala a una "mano negra"
La familia de la joven sevillana asesinada no se rinde y sigue tratado de encontrar el cuerpo de Marta, pero su abuelo señala que existen intereses ocultos que impiden esclarecer los hechos.
osé Antonio Casanueva, abuelo de Marta del Castillo, en el acto público convocado por él junto a un colectivo del barrio donde vivía la joven asesinada.
A punto de cumplirse el 14 aniversario del crimen de la sevillana Marta del Castillo, sus familiares no se dan por vencidos para recuperar el cuerpo de la joven que aún sigue desaparecido, aunque en los últimos tiempos no reciben ninguna buena noticia al respecto. Este viernes, el abuelo de Marta, José Antonio Casanueva, ha protagonizado un acto arropado por decenas de vecinos del barrio de Tartessos, exponiendo que a sus 86 años de edad le queda ya "poco camino" en la vida y reclamando una vez más a los protagonistas del caso que revelen de una vez la ubicación del cadáver de la víctima.
La vida de esta familia se truncó con la de Marta, por cuyo asesinato en 2009 fue condenado Miguel Carcaño a 21 años y tres meses de cárcel, pero su abuelo sigue en la lucha por hacer justicia. Al respecto, ha lamentado los numerosos reveses sufridos en el ámbito judicial, el último la denegación de su petición de que la investigación de los teléfonos móviles abarcase no sólo a los terminales de la víctima y de Miguel Carcaño, sino además a los móviles del hermano de este último, Francisco Javier Delgado; de su novia María García Mendaro, del amigo de Carcaño, Samuel Benítez, o del joven Francisco Javier García.
Igualmente, ha lamentado el segundo archivo de las actuaciones incoadas contra Francisco Javier Delgado, hermano de Carcaño, a cuenta de las acusaciones en la que este le acusaba de ser el verdadero autor del crimen.
A su entender, con estos reveses, "los jueces están matando en vida" a la familia de la víctima del crimen, que 14 años después sigue reclamando la localización del cadáver "Moriré buscando a mi nieta. No voy a parar hasta que Dios me llevé", ha aseverado, manifestando además sus sospechas de una "mano negra" que actuaría para impedir el total esclarecimiento de los hechos y encubrir especialmente a María García Mendaro.
