Cueva de los Enebralejos en Segovia: un museo bajo tierra
La Cueva de los Enebralejos, situada cerca de Prádena de la Sierra en Segovia, es una zona arqueológica relevante, una necrópolis de la Edad del Bronce, declarada Bien de Interés Cultural.
Luciano Municio llevó a cabo el estudio arqueológico final, definiendo la cueva como una necrópolis de principios de la Edad del Bronce. Las excavaciones revelaron piezas de cerámica, utensilios líticos y arte rupestre, respaldando la antigüedad e importancia histórica del sitio.
Cueva de los Enebralejos en Segovia
El Encanto de Prádena de la Sierra
El lugar donde se encuentra la Cueva de los Enebralejos.
Situada a tan solo una hora de Madrid, Prádena, en las faldas de Somosierra, se presenta como un pintoresco pueblo castellano.
Su reconocido bosque de acebos en el Sistema Central y su patrimonio, como la iglesia de San Martín de Tours y la ermita de San Roque, añaden atractivo a la región. La gastronomía local, destaca por la caldereta de cordero, completa la experiencia cultural y culinaria para los visitantes.
El tesoro arqueológico de los Enebralejos
Un recorrido por la Historia en el Parque Arqueológico
La Cueva de los Enebralejos no solo ofrece una ventana al pasado prehistórico, sino que también cuenta con recursos arqueológicos y didácticos en sus cercanías.
Un parque arqueológico, situado cerca de la entrada, presenta réplicas de cabañas prehistóricas, proporcionando una visión tangible de los primeros poblados al aire libre. Los visitantes pueden explorar y manipular objetos de la vida cotidiana de estas antiguas comunidades, como vasos cerámicos, hachas de piedra y arcos con flechas.
Aula Arqueológica: sumergiéndonos en el conocimiento
El edificio de acogida a la cavidad alberga un Aula Arqueológica, una pequeña exposición que sumerge a los visitantes en el estudio del hombre prehistórico. Maquetas y recursos didácticos detallan la función de los Enebralejos como cavidad sepulcral y los rituales asociados a los enterramientos. Este espacio ilustra aspectos clave de la vida prehistórica, desde la economía hasta la religiosidad, a través de comentarios y representaciones visuales.
Descubrimientos en las Profundidades: salas y grabados
La exploración de la cueva revela magníficas formaciones naturales en sus diversas salas. La Sala Dos exhibe pinturas en negro y oquedades en el suelo, relacionadas con ofrendas y ritos a los muertos.
En la Sala Tres, centenares de grabados cubren las paredes, conectándonos directamente con la creatividad prehistórica. La reconstrucción de una excavación arqueológica nos recuerda que la información sobre estas antiguas comunidades no es fruto del azar, sino el resultado de estudios meticulosos y complejas excavaciones realizadas a cabo por arqueólogos.
Historia de la Cueva de los Enebralejos
La Cueva de los Enebralejos, según la tradición oral, estuvo sellada durante la época de los Reyes Católicos por la Santa Inquisición.
Los rumores sugerían que los judíos la utilizaban como refugio, aunque ninguna evidencia respalda esta leyenda. No fue hasta 1932 que la cueva fue descubierta de manera inesperada durante la excavación de un pozo para una explotación ganadera en la finca del Cebadero.
Tres hombres de Prádena, Jesús Poza, Mateo Benito y Cayo Casado, descubrieron accidentalmente la entrada, provocando el colapso de una de las galerías.
Inicio de la exploración
Desde el primer momento, se reconoció la importancia arqueológica de la cavidad, dando inicio a trabajos de excavación. Se creó una nueva entrada para facilitar el acceso.
La primera exploración espeleológica se llevó a cabo en 1961 por la Séptima promoción de la EIT Topógrafos. Sin embargo, no fue hasta 1964 que los estudios arqueológicos comenzaron con las investigaciones de Isabel Burdiel. Ella identificó la cueva como un lugar sepulcral donde se realizaron numerosos enterramientos en la Prehistoria.
En 1967, los arqueólogos E. Cabellos, E. Gómez y A. Llobet descubrieron y estudiaron los grabados rupestres en el interior de la cavidad.
Desarrollo y Topografía
En 1981, la SEI de Madrid elaboró un mapa de 2560 metros mediante un levantamiento topográfico. La última topografía, realizada por el GE TALPA entre 1983 y 1984, amplió la exploración al incorporar nuevas galerías, alcanzando un desarrollo total de 3670 metros y una profundidad de 13 metros.
Significado arqueológico
El estudio arqueológico final fue llevado a cabo por Luciano Municio, quien definió la cueva como una necrópolis de principios de la Edad del Bronce. Las excavaciones revelaron piezas de cerámica, utensilios líticos y arte rupestre que respaldan la antigüedad y la importancia histórica del sitio.
Apertura al público
El 20 de mayo de 1995, la Cueva de los Enebralejos abrió sus puertas al público y ha permanecido accesible desde entonces. Este paso marcó un hito al permitir que el conocimiento y la maravilla de este sitio arqueológico estuvieran al alcance de todos.
La cueva no solo revela la riqueza de la Prehistoria, sino también la conexión entre el pasado y el presente, ofreciendo una ventana al fascinante mundo de nuestros antepasados.
Explorando la Cueva de los Enebralejos
Belleza subterránea: salas y galerías
La Cueva de los Enebralejos, ubicada cerca del pueblo de Prádena de la Sierra, se erige como un tesoro arqueológico en la provincia de Segovia. Designada como Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, la cueva despliega su esplendor desde el momento en que cruzamos su entrada.
Salas y galerías se presentan ante nosotros, adornadas con formaciones calcáreas, tales como estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas y banderas, que cautivan nuestra atención a medida que nos adentramos en su misterioso interior.
Un santuario en la Prehistoria
Descubrimos evidencias palpables del uso ancestral de la cueva durante el Calcolítico, hace unos 4500 años. Pinturas y grabados datados alrededor del 2500 AC revelan que este lugar fue, en su momento, una necrópolis. Los antepasados prehistóricos depositaron sus difuntos en la superficie de la cueva, acompañados de cerámica, flechas, ídolos y otros objetos cotidianos, en un acto que combinaba lo ritual y lo práctico.
La transformación en los modos de vida durante el Calcolítico no solo se limitó al uso de la cueva como cementerio. Fue una época marcada por el surgimiento de poblados al aire libre, donde las comunidades construían frágiles cabañas de madera y paja, desplazándose estacionalmente en busca de recursos agrícolas y ganaderos. La mejora en la producción agrícola y ganadera contribuyó a un aumento demográfico significativo.
La Vida al Aire Libre durante el Calcolítico
Durante el Calcolítico, la sociedad prehistórica experimentó una transformación fundamental en sus modos de vida. Los poblados itinerantes, ubicados estratégicamente cerca de las áreas de explotación, fueron comunes.
Estos asentamientos al aire libre, compuestos por cabañas temporales, reflejan una adaptación a las condiciones climáticas favorables y un crecimiento económico evidente en la agricultura y la ganadería.
Cavernas como Santuarios de Culto
A pesar de la migración hacia poblados al aire libre, la atracción por las cavernas persistió. Estos espacios se convirtieron en cementerios y, por ende, en santuarios de culto a los antepasados. La Cueva de los Enebralejos, hoy accesible para la visita, atestigua esta dualidad al mostrar salas que en el pasado albergaron huesos y cráneos de los ancestros fallecidos.
La peculiaridad radica en que los muertos no fueron enterrados en fosas, sino simplemente depositados en la superficie junto a objetos cotidianos.
Semillas silvestres, restos de flores y numerosas hogueras sugieren la posibilidad de ceremonias rituales vinculadas a la veneración de los antepasados.
Enigma pictórico y ceremonial
Las paredes de la cueva revelan otro enigma: pinturas en negro y grabados geométricos que parecen estar asociados a ceremonias. Aunque estas expresiones artísticas prehistóricas son abundantes, su significado sigue siendo esquivo para los arqueólogos.
Figuras geométricas, líneas rectas u onduladas, presentes en la caverna, desafían nuestros intentos de descifrar su propósito original.
En conclusión, la Cueva de los Enebralejos no solo es un testimonio tangible de la vida prehistórica, sino también un viaje fascinante hacia los misterios y rituales de aquellos que la consideraron, en su momento, un sagrado santuario.
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