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El pueblo leonés de uno de los agentes fallecidos en Barbate despide a su vecino

David Pérez ha sido enterrado en la pequeña localidad leonesa de Nogarejas, de donde desciende el guardia civil asesinado por un narcotraficante en Cádiz al arrollarle con una lancha.

Agentes de la Guardia Civil portan el féretro con el cuerpo de David Pérez Carracedo en la misa funeral que se ha celebrado en la Catedral de Pamplona este domingo.

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Rodrigo Herrero

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Este lunes Nogarejas -que forma parte del municipio de Castrocontrigo en León- ha dado el último adiós a David Pérez Carracedo, uno de los dos guardias civiles asesinados el viernes en el puerto de Barbate, en Cádiz, al ser arrollados por una narcolancha. Este domingo se celebraba la misa funeral en la Catedral de Pamplona y sus restos han sido trasladados a este pequeño pueblo leonés de unos 250 habitantes de dónde es su madre y viven tanto su padre como su abuela.

David ha sido enterrado con todos los honores en la iglesia de la localidad y ha recibido el apoyo de todos sus familiares, compañeros y vecinos que se han acercado en forma de homenaje en su despedida. El cuerpo sin vida del agente, en un ataúd cubierto por la bandera de España, fue trasladado por agentes de la Unidad de Tráfico a Nogarejas desde la capital navarra.

El alcalde Olivio Campo ha expresado su más sentido pésame y ha asegurado que en el municipio se recibió la noticia con "mucho dolor". También ha reconocido sentirse "muy triste" por el fallecimiento del agente que aunque no vivía en el pueblo, se le considera vecino del mismo por su familia y porque él visitaba la localidad varias veces al año durante los periodos de vacaciones.

Al funeral también han asistido la viuda y sus dos hijos. Hay que recordar que la mujer de David negó al ministro Marlaska poner en el féretro una medalla al mérito y que acabó posando sobre el mismo uno de sus compañeros. “Mi marido no hubiera querido esto”, llegó a afirmar la viuda sobre ese gesto de Marlaska.

Un encargado de Interior que está en el ojo del huracán y que una desgracia como esta le pone, de nuevo, entre la espada y la pared. Primero, dejando al descubierto y evidenciando el rechazo de parte de la Benemérita a su gestión y segundo -aunque está relacionado- la indefensión de los agentes en situaciones límites como la del narcotráfico en el estrecho. Sin duda una de las exigencias más demandadas y qué viene de más tiempo atrás de la Guardia Civil, que no pueden hacer frente con garantías a este problema.

David estaba destinado dentro del Grupo de Acción Rápida aunque desde hace un par de semanas prestaba servicio en el operativo de control de narcolanchas desplegado por el Instituto Armado en la provincia de Cádiz y en el que ha acabado perdiendo la vida.

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