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El escándalo del clan Boyer crece con la irrupción del cuñado aliado de Preysler

Mientras su viuda disfruta de una segunda juventud junto a Vargas Llosa, la familia del exministro se pelea por una herencia con la que nadie sabe a ciencia cierta qué pasó.

Preysler y Boyer.

Publicado por
Saúl Ortiz

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Un año y medio después de la muerte de Miguel Boyer, la herencia del exministro socialista se ha aupado a lo más alto de los titulares de los medios del corazón. Y es que los hijos del primer matrimonio del Boyer con la ginecóloga Elena Arnedo han iniciado una batalla judicial contra Isabel Preysler. Laura y Miguel Boyer Arnedo se han liado la manta a la cabeza y reclaman a la reina de corazones la parte de la herencia que les corresponde y que todavía no han recibido.

Pero parece que los líos de herencia de los Boyer vienen de lejos. En 2008 publiqué un artículo en el que lo contaba por primera vez. Miguel Boyer quedó muy tocado con la muerte de su hermano Nicolás tras una larga enfermedad que le mantuvo los últimos meses de su vida postrado en la cama de una clínica madrileña. Las honras fúnebres se celebraron en la más estricta intimidad por expreso deseo de su familia y la noticia apenas tuvo repercusión en los medios.

La vida de Nicolás corrió muy pareja a la de Miguel. Compartieron profesión, aficiones y se casaron en segundas nupcias con mujeres más jóvenes que ellos. El ex ministro con Isabel y su hermano con María. Sin embargo, mientras que la bella filipina siempre gozó del cariño de sus cuñados, parece que María no. Nunca aceptaron ese matrimonio que puso en peligro el patrimonio inmobiliario del célebre economista.

Y aquí entra en juego Christian Boyer. El mismo al que Preysler señala como el encargado de repartir la herencia y al que ahora Laura y Miguel Boyer Arnedo quieren quitarse del medio. Los dos hermanos han pedido al juzgado que se designe un nuevo administrador pues dudan de la imparcialidad de Christian, que mantiene una relación muy estrecha con Isabel Preysler y su actual pareja, Mario Vargas Llosa.

Allá por marzo de 2008, María, la viuda de Nicolás Boyer, se personó en la comisaría de Chamberí para relatar que su cuñado Christian Boyer acudió a su domicilio para pedirle unos libros. Ella se negó y entonces el hermano de su marido le “arañó una muñeca” propinándole también “varios empujones” de forma muy violenta.

Por si lo anterior no fuera suficiente, María completó su denuncia poniendo en conocimiento de los agentes otro desagradable incidente. Sucedió en la habitación de la clínica donde Nicolás permanecía ingresado. María contó que allí se personaron Christian Boyer, su mujer y una hija de su marido para visitar al enfermo, y que al verla a ella, le espetaron que se “fuese del lugar porque estaba de sobra”. Afirmación que confirma la mala relación que mantienen desde el inicio de su relación.

Tras las palabras, la hija de Nicolás Boyer pasó a los hechos y la sacó de la habitación “a empujones” y “estirándole del cabello”. Ante lo sucedido, la agraviada optó por marcharse. Más tarde, recibió una llamada de su marido y le explicó el desagradable incidente. Nicolás le recomendó que se protegiera de su familia.

La policía dio traslado de la denuncia presentada por María al juzgado y el delito tipificado fue de faltas y coacciones. Entonces Christian Boyer negó las agresiones: “Nunca le hice nada”. Ahora el nombre de Christian Boyer vuelve a colocarse en el ojo del huracán y son sus propios sobrinos los que no se fían de él.