Pablo Iglesias se deja fotografiar en una pose nada políticamente correcta

No es muy normal ver a Pablo Iglesias fuera de la sección de política pero el líder de Podemos está dispuesto a explorar nuevos terrenos. No se corta un pelo, nunca mejor dicho, a la hora de ponerse de una cámara porque aunque ya conocíamos esa habilidad suya delante de un camarógrafo de televisión, ahora nos sorprende también con un posado delante de una cámara fotográfica al más puro estilo modelo masculino de champús. Pablo Iglesias se desmelena, como titula el reportaje realizado por el magazine de La Vanguardia, para ofrecernos una imagen bien distinta, hasta ahora inédita salvo unos instantes en que pudimos verle sin su tradicional coleta en el programa ARV de Ana Rosa Quintana en Telecinco.

Cuenta el reportaje de La Vanguardia los prolegómenos a la charla con el líder de la formación morada y revela el texto que "combina su sonrisa educada con mirada estoica", al tener que realizarse selfies en la calle. "En el estudio ocurre lo mismo. Se lo comen a besos. Coincide con otra sesión de retratos de mujeres. La primera es Laura Ponte, que se declara podemita entregada. La segunda, una Aitana Sánchez-Gijón a medio maquillar que lo abraza y le dice: Cuidad la cultura, por favor, que tampoco le hacéis demasiado caso. Iglesias asegura que toma nota. Se dan los teléfonos. Carmen Elías también le jalea, y las tres, con voz aniñada, le suplican a Outumuro una foto. Mejillas rojas. Runrún excitado. Posan. Traedme más a este lugar, por favor, bromea Iglesias, como si quisiera ir un poco de macho alfa", vamos que en su salsa.

Una entrevista particular en la que Iglesias habla de sus míticos eróticos y confiesa que le ponen las actrices Maribel Verdú y Cecilia Roth y reconoce que "hay escenas turbadoras que nunca se olvidan": "Por ejemplo, recuerdo, en Si te dicen que caí, una con Victoria Abril embarazada, lo que me produjo rechazo y atracción a la vez. También había una secuencia con Cayetana Guillén Cuervo que me entusiasmó, me puso muchísimo: creo que era en la película Atómica, con una minifaldita...".

Una entrevista, a mayor gloria del ego del protagonista, que también tiene hueco para algunos de sus adversarios, pero en una auditoría más física que política. Así dice que tanto Pedro Sánchez como Albert Rivera "son guapos", pero se centra más en el secretario general de los socialistas: "Es alto, deportista, bien plantado. Si me preguntan por algo positivo de él, siempre digo que es muy guapo. Y se sorprenden, como si fuera una cosa menor". Y sigue mezclando la política con la moda afirmando que "la izquierda ha impuesto más códigos estéticos que la derecha" y lo demuestra barriendo para casa con "los uniformes verde oliva de Fidel Castro y el Che Guevara", "el pantalón de campana en el 68" o "la chaqueta de pana de Felipe González".