Matan por sorpresa al escritor Mario Vargas Llosa

Doce y media de la mañana. Las redacciones de los principales programas de televisión hierven. Las redes sociales están incendiadas. Un nombre figura con fuerza entre las tendencias matutinas. Mario Vargas Llosa ha muerto, escriben desde Alfaguara News, la editorial que ha publicado su última novela, Cinco esquinas. La crispación es indudable. Los teléfonos suenan sin ton ni son. Todos quieren confirmar la noticia que supondría un mazazo para Isabel Preysler, recién enviudada de Miguel Boyer. Sería, sin duda, una información que teñiría de duelo la prensa rosa pero que, además, abriría los informativos nacionales e internacionales. Las redes siguen haciendo cábalas.

Isabel Preysler no respondió a las llamadas de la prensa, lo que provocó mayor confusión en los medios

ESchismógrafo telefonea insistentemente a la ex Reina de Porcelanosa. Nadie responde al otro lado, lo que incrementa la confusión. Tampoco en esa Villameona en la que es habitual que siempre contesten con educación protocolaria. Minutos más tarde, el teléfono de la redacción suena. Una voz dulce se identifica como responsable de la editorial: "estamos haciendo llamadas aleatorias a los medios para confirmar que Mario Vargas Llosa no ha muerto". Tras el desmentido, Preysler volvió a ser accesible. Su enfado y decepción son monumentales. No entiende el motivo por el que han podido escribir algo así.

No es la primera vez -ni la última- que Twitter mata antes de tiempo. Sucedió con algunas de nuestras estrellas cañí y también con otras tantas de otros países. Desde Carmen Sevilla hasta Sumacher. Desde Melendi hasta Luis Miguel. Y es que alguien debe divertirse esculpiendo defunciones a golpe de twit.