La confesión sincera de Paz Padilla que evidencia que nada es como parece

No cabe duda de que Paz Padilla es una de las presentadoras más carismáticas de la pequeña pantalla. Su participación en Sálvame le ha catapultado a un estrellato en el que se desenvuelve con facilidad. Está acostumbrada a saborear el éxito profesional desde que se enrolara como cuenta chistes en aquel inolvidable No te rías que es peor. Pero tras las risas de la gaditana se esconde, también, una luchadora infatigable. Un ejemplo de superación que muchos subrayan con auténtica devoción. Y no es para menos, pues ella misma ha confesado que su infancia transcurrió en un hogar muy humilde en el que, en ocasiones, se recibía ayuda de terceros. Una explicación que la humanizó, más si cabe, y que ayudó a empatizar con un público que exige naturalidad.

Paz Padilla asegura que pensó en no tener ir a la playa para evitar a los fotógrafos

Pero Paz ríe y sonríe. Es la forma en la que se siente más cómoda. Incluso cuando es carne de los reporteros gráficos. Es el caso de esta semana en la que ocupa la portada de la revista Lecturas. Ataviada con un espectacular bañador blanco, Padilla deja ver su nueva silueta, trabajada en el gimnasio. Las imágenes, obtenidas durante un breve descanso de la celeb en tierras gaditanas, fueron obtenidas casi por casualidad. La propia Paz ha confesado que este año se ha sentido algo inquieta con la presencia de los reporteros gráficos: "No me sentía bien y, de hecho, he intentado no bajar a la playa. Pero, al final, pensé que estaba en mi tierra y que tenía que aprovechar, pues es allí donde yo descanso y desconecto. Y tengo que dar las gracias a los fotógrafos porque lo único que pedía era que no los viera. Y no los vi".