Se complica la cosa: el turbio asunto de la luna de miel de Kiko Rivera
Los problemas personales del hijo de la Pantoja no tienen fin. A lo sucedido tras su boda se suman ahora las recuperadas rencillas familiares y las broncas con Irene. Además de otros feos.
Kiko Rivera parece vivir en un ¡Ay! continuo. Una vez superada la tensión en los días previos a su boda y la organización meticulosa para conseguir que no le reventasen la exclusiva con la revista Hola, Kiko vuelve a hacer frente a otros problemas de diversa índole.
Se le abren todos los frentes. Por un lado, las diferencias con su hermana Chabelita. La emotiva carta que ésta le leyó en ese día tan especial para Kiko e Irene ya está casi olvidada después del enfado monumental de Isabel Pantoja hija por ver cómo la ninguneaban en la exclusiva de Hola.
Un resquemor que pasa, incluso, por las posibles gestiones que Isabelita estaría haciendo para contar todo lo que piensa de lo ocurrido y algún dato más interesante sobre la situación familiar entre los muros de Cantora.
Otras diferencias
Pero, además de todo eso, la tensión se ha dejado vivir en lo que debía ser un idílico momento: la luna de miel de Kiko e Irene en Dubai y en Maldivas.
A los rumores de un topo en la boda de ambos, se suman ahora las especulaciones sobre quién estaba filtrando información sobre el viaje del hijo de Isabel Pantoja y señora. Unas elucubraciones que han llegado a salpicar a Fran Rivera al que señalaban como causante de que los paparazzi supieran dónde iban a estar Kiko e Irene.
Se suman las especulaciones sobre quién estaba filtrando información sobre el viaje
¿Las razones? Que el fotógrafo pertenecía a la agencia Korpa y el dueño de ésta es íntimo de Fran. Algo que la propia agencia ha negado
Entonces, ¿Quién quedaría? Un turbio asunto en el que se ha llegado a ver al propio Kiko hablando amigablemente con el susodicho fotógrafo. Según una pasajera del avión en el que volvían Rosales y Rivera Pantoja de su destino, ambos parecían muy cercanos. Lo que ha llevado a pensar a algunos, como Gustavo González, que Kiko podría haber jugado a dos bandas. Por un lado, vendiéndole la exclusiva a Hola y, por otra, a otra agencia.
Todo se verá, pero lo que, ahora, podría estar claro son los momentos no tan idílicos que Kiko e Irene habrían vivido juntos. Amén de algún posible distanciamiento en uno de los viajes más bonitos en un matrimonio, estaría la forma en la que han llegado al aeropuerto. Serios, distantes y sin hablarse… Será el cansancio. ¿O no?