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El extraño viaje, de incógnito y en bajo coste, de Cristina de Borbón e Iñaki

La cuñada de doña Letizia e Iñaki Urdangarín hacen frente a su futuro cambio de situación cómo pueden. En breve se sabrá la sentencia y, en previsión, toca apretarse el cinturón.

Cristina e Iñaki están muy nerviosos

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No queda mucho para que se conozca la sentencia del caso Nóos. Ya se comentó que el futuro de los Urdangarín Borbón se sabría a final de año y no quedan muchos días para conocer de qué manera se verá afectado el devenir de los cuñados de doña Letizia y, sobre todo, de sus hijos.

Iñaki sabe que las posibilidades de salir airoso de esta situación son pocas, o ninguna, pero lo que no está claro es a cuántos años se le condenará; si se le considera culpable. Por eso, precisamente, hay que reajustar ciertas cosas en la vida de los Urdangarín Borbón.

Sobre todo, por que, se temen que será Cristina la que tenga que tirar de la familia y convertirse en su principal sustento.

Pequeños detalles

Llama un poco la atención que los Urdangarín Borbón tengan ciertos gestos de ahorro cuando, hasta ahora, su vida no ha sido precisamente la de unos ascetas.

Alejados de las críticas que se han vertido durante estos cinco años desde que saltó todo lo referente a la hija de doña Sofía y Juan Carlos, y su marido, Iñaki y Cristina no han dejado de mantener ciertos caprichos y un alto tren de vida.

Su estancia en Ginebra no es, precisamente, barata. Desde los 30.000 euros que cuesta el colegio de cada uno de sus hijos, que estudian en el centro internacional Ecolint, hasta la casa en la que residen. A todo lo que se suman sus lujosas vacaciones por la Toscana y otras escapadas muy habituales en la familia

Ha sorprendido que los Urdangarin no dudaran en volar en un vuelo de Easyjet

Por eso, quizás, ha sorprendido que los Urdangarin no dudaran en volar desde Ginebra ayer domingo en un vuelo de la compañía Easyjet, rodeados de otros “mortales”.

El matrimonio, que subió al avión mucho antes que los demás pasajeros y acompañados por un guardaespaldas, tomó asiento con el resto de la clase turista. Sentados en las salidas de emergencias –los dos son altos- extrañó que no fuesen juntos, sino que Cristina e Iñaki se colocasen a cada lado de pasillo.

Un vuelo tranquilo, en el que charlaron y leyeron y del que se bajaron a la vez que los demás. Eso sí, por otra puerta distinta del finger. Cansados, ya que el vuelo llegó a las diez de la noche, los Urdangarín Borbón se marcharon con destino desconocido; aunque se rumorea que a cobijarse en brazos de Doña Sofía, que es de las pocas que les apoya incondicionalmente en estos momentos previos a conocer la sentencia.

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