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La "aventura" de Miguel Bosé con el exfutbolista del Madrid acaba en el juzgado

El cantante no pasa por su mejor momento empresarial. Su alianza con Manolo Sanchís en una sociedad que pretendía ser la primera firma jamonera del mundo termina en fracaso. Echan el cierre.

Miguel Bosé y Manolo Sanchís. FOTO: Gtres.

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Como ocurriera, por ejemplo, con la aventura de Isabel Pantoja en su restaurante, parece que los cantantes no estén hechos para determinados negocios. Lo cuenta Vanitatis, el sueño extremeño de Miguel Bosé y el exfutbolista del Real Madrid Manolo Sanchís se ha truncado. Y no porque no lo hayan intentado. La idea de convertirse en empresarios ganaderos y comercializar jamones ibéricos no ha dado frutos. El cantante ya declaró en su momento que tuvo que "pasar por esos trámites que muchos empresarios conocen: las subvenciones, los créditos, los avales...". "¿Dificultades? Todas las del mundo!", apuntaba entonces Bosé, que se paseó por las televisiones y photocalls promocionando su producto, tal y como cuenta la información.

Según recuerda Vanitatis, el negocio jamonero de Bosé y Sanchís se inició en 1997. Junto a ellos arrancaron otros famosos como el tenista Pato Clavet y Fran Rivera, aunque este último fue reduciendo su participación hasta dejarlo en un 1% "testimonial", según ha declarado él mismo a este medio. La empresa Brumale SL se constituyó bajo la denominación comercial de Agroalimentaria Monsalud –nombre también de la finca que el cantante tiene en Barcarrota, en la sierra de Monsalud–, con la que comercializaba productos extremeños. Pero la compañía no pudo sortear la crisis y en 2012 entró en concurso de acreedores. Es ahora, a final de año, cuando se ha iniciado el proceso para liquidar definitivamente la sociedad, un procedimiento que está en el Juzgado Mercantil Número 1 de Cáceres. Bosé, que es presidente de la sociedad, hizo todo para salvar el negocio, en una tierra que adora y que también ha acarreado otras fracasadas aventuras empresariales en la familia, como fue el caso del hotel Rocamador.

Brumale acudió de forma voluntaria al concurso de acreedores en 2012 tras no poder refinanciar una deuda de 5 millones de euros. No obstante, diez meses después, salvaron la suspensión de pagos con un plan de viabilidad que tiene como objetivo facturar 3 millones en 4 años. Pero la situación se repitió un año después, indica la información.

La sociedad llegó a tener al menos 5 fincas en Montánchez (Cáceres) y al menos una propiedad en Barcarrota (Badajoz). Actualmente, según datos del Registro de la Propiedad, la empresa tiene un par de parcelas con olivar cuya suma no llega a dos hectáreas, aunque Brumale SL está inhabilitada como titular al estar en concurso. Pero su nota registral da cuenta del desmantelamiento de la empresa. Ambas parcelas tenían hipotecas a su favor en garantía de préstamos que superaban los 800.000 euros.

Concluye la información que la sociedad nació con un capital de más de 3 millones de euros con la idea de comercializar jamones con denominación de origen Dehesa de Extremadura. Más tarde se incorporaron a la sociedad dos ganaderos de prestigio: Ignacio Peiró, propietario de una explotación en Herrera de Alcántara, y Braulio Fernández Tena, propietario de la finca Las Mesas del Castaño en Azuaga. Las tres fincas sumaban 5.500 hectáreas y una cabaña de 4.000 cerdos ibéricos. Por cierto, la web de Monsalud sigue activa, aunque sin productos que añadir al carrito.