La estrategia de la infanta Cristina para salvar su matrimonio en prisión
La justicia ha hablado, Urdangarin ingresa en prisión, la infanta Cristina pierde a su marido 6 años y 3 meses, ahora empiezan verdaderos quebraderos de cabeza para salvar su matrimonio.
La infanta Cristina se enfrenta a una prueba de fuego para salvar su matrimonio.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de les Illes Baleares ha dictado sentencia del caso Nóos . La infanta Cristina no irá a la cárcel pero su marido sí. Termina en estos momentos una trama destapada hace más de 10 años. Una condena sin precedentes en la historia de la monarquía y que, sin duda, ha supuesto una "puñalada" a la vida conyugal de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
Por primera vez, la pareja de un miembro de Casa Real se convertiría en recluso. Los nervios y la tensión están a flor de piel en la pareja. La hija de los Reyes eméritos sabe que la cuenta atrás ha comenzado y tiene que poner en marcha todas las armas para salvar su matrimonio.
Hasta ahora ha sido fuerte y ha apoyado a su marido. Sin embargo, mantener la entereza ahora que le perderá durante los seis años y tres meses que esté en prisión es una prueba de fuego.
La infanta Cristina se enfrenta a una prueba de fuego para mantener su matrimonio ante el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin
Lo más duro está por venir, la infanta Cristina y su marido cumplen 20 años de casados en mayo y tendrán que celebrar el aniversario de su boda entre rejas.
Aunque la pareja esté unida, cumplir la pena les pondrá al límite, tendrán que mantener su matrimonio en condiciones muy adversas, solo podrán verse los fines de semana a través de un cristal.
También tendrán derecho a un "vis a vis" íntimo, probablemente una vez al mes, una cifra que puede aumentar en caso de buen comportamiento. El único que podrá ver a Urdangarin todos los días será su abogado.
La hermana del Rey sólo ha sido condenada a pagar una multa pero sufrirá la condena moral y el rechazo de muchos miembros de la familia real. A la infanta le esperan largos días y noches de soledad, sin su pareja, en un estado anímico delicado y mucho sufrimiento.