Jaime de Marichalar tiene su propia opinión sobre la condena de su excuñado
El exmarido de la infanta Elena seguía atentamente el desenlace del caso Nóos, muy pendiente de la condena de Iñaki Urdangarin. Antes, el aristócrata era el que "peor imagen pública" tenía.
Nunca tuvieron una estrecha relación, más allá de los compromisos oficiales de la agenda de Casa Real. Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar no eran cuñados de compartir aficiones o de quedar los domingos en amor y compañía familiar. De hecho, el exduque de Lugo se llevaba la fama de díscolo aristócrata, mientras que el exduque de Palma era el niño bueno, deportista de élite y de familia de banqueros.
Las apariencias engañan, en aquella época "la peor imagen" entre la familia real la tenía Jaime de Marichalar, mientras que Urdangarin era el "preferido" del rey emérito. Ahora, los papeles se han invertido y Don Juan Carlos ha cambiado de opinión radicalmente. Los hechos mandan.
El marido de la infanta Elena siempre ha seguido de cerca el caso Nóos y se ha interesado del desenlace final que le esperaba a la infanta Cristina y a su marido. En una ocasión, era sorprendido por los periodistas en un conocido establecimiento echando un vistazo al libro Urdangarin. Un conseguidor en la corte del rey Juan Carlos, de los periodistas Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta.
Al parecer, la implicación de sus excuñados en un asunto tan oscuro le sobrecogía y mantenía la discreción que siempre le ha caracterizado. El aristócrata ha evitado en todo momento pronunciarse al respecto públicamente y se ha reservado para sus íntimos su opinión.
Entre él y Urdangarin las diferencias han sido muy notorias. La historia de amor entre el vasco y Cristina de Borbón era un cuento de hadas. Sin embargo, Marichalar no tuvo el apoyo real, sobre todo en el momento en que la infanta Elena y Jaime tomaban la decisión de separarse. Era el primer divorcio dentro de la Familia Real. El sonado "cese temporal de la convivencia" que tanto dio que hablar.
Cuando en 2010 la trama Nóos salpicaba directamente a Urdangarin, Marichalar continuaba su vida, lejos de Elena de Borbón, dedicado a su trabajo y sus hijos Froilán y Victoria Federica.
Apartado de Casa Real, solo se preocupa de sus hijos. Está muy pendiente de sus estudios, de hecho, fue él quien tomó la decisión de enviar a su hijo a un internado en Estados Unidos. Sin embargo, su círculo más cercano asegura que está al tanto de todas las escandalosas noticias que rodean a los que fueron su familia.