Alerta roja: Jaque a la Monarquía con el brutal testimonio de una dominatrix
Parecía que nada más podía pasar para que la Institución quedara perjudicada. Estábamos equivocados, pues el testimonio de una conocida dominatrix podría echar por tierra los principios.
Fue en 2012 cuando el príncipe Harry de Inglaterra protagonizó su particular living la vida loca en Las Vegas. Se trataba de un viaje privado. Sin embargo, los excesos del joven se hicieron públicos al filtrarse unas fotografías en las que se le veía desnudo, bebiendo y disfrutando de atractivas señoritas. Y es que alguien se encargó de contratar a una docena de escorts para animar la velada a base de bailes sensuales y algo más…
Y lo que pasó en Las Vegas no se quedó en Las Vegas. Y todo por obra y gracia de Carrie Reichert, una de las damas contratadas para entretener a Harry, que acabó intimando con él y que fue la encargada de comerciar con las imágenes de la fiesta privada. Algo que hizo que el pelirrojo recibiera un buen tirón de orejas por parte de su abuela, cansada ya de que las andanzas de su nieto ocuparan las portadas de los tabloides.
Carrie es conocida en el ambiente nocturno como Lady Dominique y por sus servicios como dominatrix cobra entre 1.000 y 5.000 dólares por sesión, dependiendo de lo que solicite el cliente. Nació en Inglaterra pero reside en Estados Unidos. El affaire con el príncipe le sirvió para obtener cierta notoriedad que no está dispuesta a dejar escapar. Y es que amenaza con publicar un libro revelando los gustos más íntimos de los famosos con los que ha estado. Entre otros, el príncipe Harry. Ella se justifica diciendo que ya que algunos medios han sacado a la palestra su faceta de dominatrix, se hizo público un vídeo donde se la veía ejerciendo al más puro estilo ama, por qué no contarlo todo.
“Me contrataron para la fiesta privada de Las Vegas en calidad de escort pero todos conocían mi faceta de dominatrix. Y algunos quisieron probar. Tan solo puedo decir que el príncipe Harry no era ajeno a estas prácticas”, asegura Carrie mientras ultima los detalles del lanzamiento de su libro. Por su parte, la casa real británica desmiente que esta mujer se encontrara en la pool party del pelirrojo y sus colegas.
En 2012, cuando ocurrieron los hechos, Harry se disculpó públicamente y lamentó el daño causado a su familia y a la monarquía. Creyó entonces que la pesadilla había acabado. Sin embargo, la herida no cierra porque Lady Dominique está dispuesta a seguir estirando el chicle mediático en forma de libro. Anteriormente, donó para causas benéficas unos calzoncillos que aseguró pertenecían al hijo menor de Carlos y Diana. Posteriormente, lanzó un pack de juguetes eróticos cuyo reclamo era, como no, el príncipe pelirrojo. Y, ahora, el libro, que aparecerá, si los abogados de la casa real británica no lo impiden, en el mejor momento del príncipe. Enamorado hasta las trancas de Meghan Markle, la actriz con quien desea contraer matrimonio.