El biógrafo de Belén Esteban, solo y sin apoyos: Rodríguez Menéndez le niega
Julián Fernández Cruz se ha quedado más solo que la una. A David Camacho, une ahora el abandono de Rodríguez Menéndez. Además, Belén Esteban y otros afectados estudian demandarle.
Julián Fernández Cruz, conocido como el biógrafo de Belén Esteban, está más solo que la una. Y es que desde que anunciara que trabajaba en el último volumen de la trilogía sobre la princesa del pueblo, no hace más que recibir ninguneos por parte de quienes consideraba fieles a su causa. El primero en negarle en público fue David Camacho, sobre quien el escritor explicó en los medios le había confesado grandes revelaciones sobre los orígenes de Andrea Janeiro. El asunto corrió como la pólvora y Camacho, temeroso de acciones legales que Belén pudiera tomar contra él, se apresuró a desmentir lo aportado por Fernández Cruz: “Yo no dudo de la paternidad de nadie ni he pedido ningunas pruebas. Estaría bien que no se pusieran en mi boca cosas que yo nunca he dicho”. En el colmo del despropósito, Julián, horas después de que quien suponía su amigo le dejara con el culo al aíre, le dio las gracias vía redes sociales por su apoyo.
Al saber Julián que Belén pensaba iniciar acciones legales en su contra por sus declaraciones, se apresuró a señalar que sería él quien acudiera a los juzgados para defender su honor, y que lo haría de la mano de Rodríguez Menéndez. Según explicó entonces, el letrado le encargó tiempo atrás una biografía, que no llegó a pagarle, y que estaba de acuerdo en representarle ante los tribunales a modo de compensación por su trabajo. Pues bien, Rodríguez Menéndez ya ha hecho pública su desvinculación total de Fernández Cruz dando entender que todo ha sido producto de sus elucubraciones.
Quizás viendo que lo mejor es resguardarse cuando llueve, el biógrafo de Belén Esteban hace semanas que no se manifiesta públicamente sobre su próximo libro. Al respecto, la letrada de la copresentadora de Sálvame contactó con la editorial que iba a publicarlo y, según cuentan a este diario, el proyecto está más en el aire que nunca. Los editores saben que sería un bombazo si se pudiera publicar lo prometido por el escritor, pero también que hacerlo es objeto de litigio y no están por la labor.
En estos días, Julián Fernández Cruz está abatido. Siente que le han utilizado. Toño Sanchís, sobre quien explicó era su representante, ya que le negoció la entrevista remunerada que concedió al papel cuché, no responde a sus llamadas. El programa de radio que le dio voz fue el primero en hacer públicos los documentos que demostraban que la abogada de Belén se había puesto en contacto con la editorial para frenar la salida del polémico libro. ¿Y quién le dijo a la letrada de la rubia el nombre de la editorial? Porque este era un secreto que el escritor guardaba celosamente. A la estampida de David Camacho, se une ahora la de Rodríguez Menéndez. Y, para colmo de males, son varias las personas vejadas por el escritor que estudian tomar medidas legales para defender su derecho al honor. Visto lo visto, no es extraño que el hombre esté bajo mínimos. La que se le ha venido encima.