La viuda de Palomo Linares pone en su sitio a los hijos del torero

Concha Azuara es la mujer que acompañó a Palomo Linares durante sus últimos cuatro años de vida. Desde que se conocieron, ya no volvieron a separarse. Tenían intención de contraer matrimonio civil y eclesiástico en cuanto el torero se recuperara de la operación que le ha costado la vida: “Estoy muy mal, destrozada y haciendo el duelo. No tengo fuerzas para nada pero debo intentarlo para volver a mi trabajo. Porque yo me dedico a trabajar no a los espectáculos mediáticos”, me explica Concha totalmente emocionada y al borde de las lágrimas cuando proclama “Soy la viuda de Sebastian”.

A Palomo le falló el corazón y no pudo sobrevivir. Concha tiene claro que a su amor “le destrozaron el corazón a base de disgustos”. En cuanto al distanciamiento entre el maestro y sus hijos, su viuda explica: “Desconozco lo motivos. Pero, vamos, que las lamentaciones llegan tarde. Allá cada cual con su conciencia. La mía está muy tranquila. Provengo de una familia muy unida y honrada. Y lo que sí digo es que la familia de Palomo eran mis padres, mis hermanos, mi cuñada y yo, que siempre estábamos con él, en Navidades, Nochevieja, día del Padre…”, recalca la magistrada con una firmeza que no esconde el dolor que siente.

Le pregunto a Concha si es cierto lo que se ha dicho de que no avisó a los hijos de Sebastián en los momentos en que estuvo ingresado: “No conocía a sus hijos. A uno de ellos lo vi alguna vez pero no tuvimos trato. Por tanto, ¿cómo iba a tener su teléfono?”. Sin embargo, la sorpresa llega cuando me confiesa: “Sebastián tampoco tenía el número de sus hijos. No se hablaba con ellos desde hacía seis años”.

A propósito de la información exclusiva que Saúl Ortiz aportó en La Mañana de TVE, sobre que Marina Danko había corrido con los gastos del entierro, Concha Azuara expresa: “Si tal como se ha dicho ha sido así, que lo acredite. No es que lo crea ni lo deje de creer. Las cosas hay que probarlas”.

En relación a los dimes y diretes que se están produciendo, Concha pide que “cada uno esté en su sitio, respetando a un gran hombre, a un gran padre y ya. Que le dejen tranquilo, que le dejen descansar en paz, que no hagan espectáculos mediáticos y que no sigan viviendo a costa suya. Que trabajen”.

Sobre la estancia en el tanatorio de Concha y los hijos de su novio se ha comentado que ella intentó provocarlos para sacarlos de sus casillas. Esta es su respuesta: “Yo estaba donde tenía que estar. Soy una persona educada y jamás he montado ningún espectáculo. Yo jamás provoco. Y si hubiera querido provocar, lo habría hecho de otra manera, respetando la voluntad de su padre”. Le pregunto a Concha Azuara si el deseo de Sebastián Palomo Linares era que sus hijos no estuvieran presentes en su adiós y ni confirma ni desmiente: “La última voluntad de Sebastián me la guardo para mí”.

Fue ayer cuando Miguel, hijo de Palomo y Marina, acudió al tanatorio a buscar las cenizas de su padre. Se comenta que las mismas ya habrían sido esparcidas por la finca El Palomar. Al respecto, Concha opina: “No paran de decir tonterías. El día que se haga, me avisarán. Ellos saben que yo quiero estar presente. Ese es mi deseo y era el de su padre. Por favor, pido un poco de respeto a la memoria de Sebastián. Acaba de fallecer y se están diciendo muchas cosas que son falsas”.

A pesar del dolor que la embarga, Concha Azuara pide: “Que me respeten. Conmigo no van a jugar. Soy una señora y he estado siempre al margen de todo. Ahora estoy haciendo el duelo, intentando coger fuerzas para seguir adelante y volver al trabajo. Me siento muy apoyada por mi gente. Eso me reconforta”.